Los expertos lo tienen claro: la mejor opción para sobrevivir a las futuras restricciones ecológicas es un modelo híbrido enchufable. La contaminación desterrará en pocos años los vehículos diésel y gasolina en pro de los modelos eléctricos e híbridos. A partir de 2020, los coches sujetos a restricciones serán los diésel anteriores a 2006 y los gasolina anteriores al año 2000.
Las restricciones del tráfico a modelos contaminantes nos hacen pensar en verde a la hora de cambiar de coche, pero los vehículos respetuosos con el medio ambiente aún suponen un gran desembolso. En el utilitario más vendido en Europa, por ejemplo, existe una diferencia de casi 7.000 euros entre su versión diésel y su versión híbrida. La versión gasolina se sitúa en un estadio intermedio.
Eso en cuanto a Europa. En España, el modelo más vendido cuesta 19.500 euros en su versión híbrida, lo mismo que la versión diésel. La versión gasolina resulta algo más económica: 16.450 euros. El parque móvil español tiene una media de 12 años. Más de 7 millones de coches tienen 15 ó más años. Entre ellos, 2,7 millones de coches llevan más de 20 años en uso.
A priori, la solución parece pasar por los modelos híbridos no enchufables. Resultan más económicos, aunque circulen menos tiempo que los enchufables a costa de su motor eléctrico. A partir del próximo año, en 2018, los híbridos no enchufables pagarán sólo el 50% en la zona SER en Madrid, por ejemplo.
Con este panorama, el sector pide ayudas a gritos para potenciar la renovación del parque automovilístico en España. Pese a que el Gobierno no las anuncia hasta su puesta en marcha definitiva para no frenar la venta de coches, los expertos aseguran que las ayudas llegarán: podría concretarse un plan similar al extinto plan PIVE y otro para la adquisición de vehículos de energías alternativas.
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