LaSexta ha recabado los testimonios de tres extuteladas por el Gobierno de la Comunidad de Madrid que han relatado cómo funciona el sistema y cómo pudieron salir gracias a familias de acogida.
Adriana es una de ellas y permaneció en uno de estos centros de menores desde los 16 a los 18 años. "Fue una temporada larga de mi vida sintiéndome vacía, sola, con una inseguridad bastante grande", asegura.
La vida ha cambiado ahora, trabaja como profesora de inglés y recuerda aquellos años como una etapa de mucha soledad. "Cuando estás así en una situación de desprotección y soledad piensas todo", señala.
También Liz, que no quiere mostrar su rostro a cámara, pasó cinco años en un par de ellas. Y, como mujer, tuvo que cuidarse. "En alguna broma te tocan el culo. Tienes que cuidarte, hacerte respetar", insiste.
Ella salió adelante, pero escuchó de chicas que acabaron metidas en redes de drogas o de prostitución. Lo achaca a la falta de atención. "Necesitan estar con alguien. Ven a alguien que les ofrece compañía, amistad... y los niños son frágiles", asegura. Niñas como las que se han visto envueltas en una trama de explotación sexual que ahora investigan las autoridades. Liz asevera que ellas, más que por dinero, entran ahí "por necesidad de compañía".
Por eso resulta tan importante para ella que haya más acogidas o adopciones, para dejar de ser considerado un número y pasar a ser una persona.
Es el caso de Patricia. Ella estuvo en un centro de los tres a los seis años, cuando fue acogida. "El saber abrazar, el saber querer a alguien", dice, son cosas que te enseñan realmente en una familia.
Desde la Asociación Estatal de Acogimiento Familiar indican que solo un 12% de los menores que están en residencias de la Comunidad de Madrid tiene una propuesta de acogimiento para salir de estos centros.
Otro gasto más
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