El padre del chico de 13 años con síndrome de Asperger que ha denunciado la violación por parte de cuatro compañeros ha explicado que los abusos "comenzaron a principios de curso". En un primer momento "empezaron a meterse con él con el típico bullying, insultándole o echándole el humo de los porros a la cara".

Después de sufrir estas "humillaciones", el padre explica que fue cuando le "empezaron a pedir dinero", y su hijo llegó incluso a quitarles "300 euros, ropa del hermano mayor y juegos de la Play-Station". Cuando "vieron que no podían sacarle más", fue cuando le pegaron y comenzaron las "humillaciones sexuales".

Los padres fueron conscientes del acoso que sufría su hijo gracias a que su madre observó una actitud rara en el menor. "Venía a casa e iba al lavabo, se quitaba la ropa, empezaba a meterse agua y jabón por los brazos y decía que le picaba todo, que 'qué asco'", explica el padre. Además tampoco quería ir a futbol sala, actividad en la que participaba de forma asidua.

"Decía que le dolía el brazo o la barriga para no jugar", continúa su progenitor. Al final, el niño se derrumbó y se sinceró con sus padres: empezó a contar de "los casos menos graves a más graves". Al principio sus padres se negaban a creerlo, e incluso el menor llegó a decir que si no le creían se "tiraba por el balcón". Fue en este momento cuando denunciaron a los Mossos d'Esquadra.

El padre ha lamentado que el colegio no se haya "querido implicar", y ha añadido: "Estamos muy dolidos con ellos porque no han ayudado en nada prácticamente". Sobre el menor, según ha dicho el padre, "se va recuperando". Ha cambiado de instituto, aunque "aún tiene pesadillas" y a veces está "muy ansioso, con muy mal humor, y tenemos que tranquilizarlo".