El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha ordenado la
repetición del juicio por el asesinato de Lucía Garrido en Alhaurín de la Torre
en abril de 2008 y ha declarado nulo el veredicto del jurado, que los declaró no culpables, y que supuso la absolución de cuatro personas, entre ellos
la expareja de la víctima, en septiembre de 2019.
El crimen de Lucía Garrido provocó una gran conmoción en
Málaga: su cadáver fue hallado flotando en la piscina de su casa con varios
golpes y una herida de arma blanca en el cuello.
Garrido era madre de una niña de 12 años y estaba trámites
de separación. Su marido, Manuel Alonso, tenía una amante y temía perder su
finca durante la separación. Ella llegó a denunciar a su marido en siete
ocasiones por malos tratos, pero la estrecha relación que tenía su marido con diversos
agentes de la Guardia Civil pudo complicar su credibilidad.
La Fiscalía acusó al principio a dos hombres por un delito
de asesinato, uno como presunto autor material, otro -un ex guardia civil- como
supuesto autor intelectual y, al final del juicio, añadió a la expareja de la
víctima.
En el juicio, el jurado formado por siete mujeres y dos
hombres, consideró a los acusados no culpables al no dar fiabilidad al testigo
protegido y considerar dudosa la prueba del ADN hallado en una llave.
Ahora, el TSJA ha declarado la nulidad del veredicto
respecto a dos de los acusados -el presunto autor material del crimen y el
exmarido-, aunque mantiene la absolución para otros dos.
Esta decisión ha sido motivada al detectar un defecto grave
de forma ya que en dos puntos del objeto del veredicto, el jurado no alcanzó
las mayorías legales para declararlos probados o no probados.
Las incógnitas del crimen de Lucía Garrido
Lucía Garrido estaba en trámites de separación y, tras
aparecer su cuerpo, Manuel Alonso, su exmarido, se convirtió en el principal
sospechoso: tenía una amante y temía perder su finca durante la separación. El
lugar del crimen era la sede de los sospechosos negocios que llevaba a cabo
junto a varios agentes de la Guardia Civil de Málaga.
Una estrecha relación que, en vida, le complicó a Lucía
denunciar a su marido por malos tratos. Aun así, lo hizo en más de siete ocasiones,
pero tal y como afirmó su hermana, Rosa María Garrido, "las denuncias no
llegaban a puerto".
Una muerte violenta para la que Manuel tenía una coartada:
ese día viajó a Cádiz, como demuestran algunas imágenes de la cámara de
seguridad de una gasolinera y todos los tickets que guardó.
Datos muy detallados que convencieron al juez, por lo que el
caso quedaba archivado tan solo un año después del crimen. Hasta cinco años
después, Manuel Alonso no volvía a declarar; era 2013, pero no es hasta 2016
cuando una prueba de ADN implica a Ángel Vaillo, un delincuente conocido como
'El Rana', con antecedentes y al que consideraron el autor material del crimen.
Además, un exagente de la Guardia Civil, Amador Duque, fue
acusado de ser el autor intelectual. Así, con ambos en prisión, el asesinato de
Lucía pasaba a ser un ajuste de cuentas donde los datos no encajaban.
Carácter conflictivo, de sangre fría y camarada de narcos y
agentes casi indistintamente: así era Manuel Alonso, con una trayectoria penal
amplísima: estuvo involucrado en delitos de sangre y de drogas que,
sorprendentemente no le llevaron a la cárcel.
Su finca, 'Los Naranjos', en Alhaurín de la Torre, era la
sede de un negocio irregular de compraventa de animales exóticos. Hasta allí
llegaban para su reventa los ejemplares decomisados por la Guardia Civil. Un
negocio lucrativo con varios agentes implicados. Pero Manuel se salvaba porque,
cuando finalmente llegaban a la Fiscalía, sus delitos habían prescrito.