La historia de un grupo de chicos y chicas que se refugió en un aula en cuanto empezaron los primeros disparos en el tiroteo protagonizado por un niño de 15 años en Michigan, Estados Unidos, pone los pelos de punta. Lo que sucedió lo grabaron en vídeo con sus teléfonos móviles y demuestra que la tragedia, que deja tres menores muertos por disparos, podría haber sido mucho peor.
De repente, alguien detrás de la puerta se identifica como el 'sheriff', les pide que abran la puerta y que salgan. Atemorizados y muertos de miedo, los adolescentes encerrados escuchan atentamente sus palabras, hasta que una expresión le delata: no se trata de la policía sino del propio tirador, porque utiliza la expresión "bro", que significa un apelativo como "hermano".
Los jóvenes se dieron cuenta de que un sheriff no hablaría así, y decidieron huir rápidamente por la ventana para ponerse a salvo. Una decisión que pudo salvar su vida.
Por el momento no ha trascendido ni una foto ni el nombre del joven que ha acabado con la vida de tres de sus compañeros: Tate (de 16 años), Hannah (de 14) y Madish (de 17). El adolescente salió de un baño, listo para matar con una pistola semiautomática que su padre había comprado cuatro días antes. Cuando llegaron los agentes, el autor no opuso resistencia.
En su casa la policía ha encontrado fotos siniestras, más armas y una diana con la que practicaba su tiro. Algunos alumnos han declarado que, al ver al tirador, ni siquiera se escondieron, tenían tanto miedo, que se quedaron petrificados.