Joseph Crenshaw, un hombre de 45 años, pilotaba su avión privado cuando una gran tormenta le alcanzó en pleno vuelo. La aeronave perdió el contacto con la torre de control tras pedir una nueva ruta para continuar con el viaje, esquivando la tormenta.

En la aeronave viaja junto a su esposa y sus hijos, de 14 y 16 años. En pocos minutos, el aparato pasó de los 12.000 a los 5.800 pies de altura. Antes de perder completamente la comunicación, el piloto le dijo a la torre: "Estoy haciéndolo lo mejor que puedo", asegura la cadena 'ABC'.

"Se dio la vuelta y luego se fue en picado hacia abajo. El ala descendió sobre nosotros y entonces el viento lo llevó hacia el campo", cuenta Brittany Reno, un testigo del momento, según 'Daily Mail'. Los restos del aparato, que ha quedado completamente destrozado, han caído en cinco sitios distintos. La policía está analizando los objetos para aclarar los motivos del desprendimiento.