Un total de 3.018 kilómetros de carreteras tiene un riesgo elevado o muy elevado de que en ellas se registre un accidente grave o mortal, lo que representa el 12,2% de la red viaria estatal, si bien este índice ha mejorado en dos puntos respecto al año anterior. Es la conclusión a la que llega el estudio EuroRAP 2018 que cada año analiza la accidentalidad viaria y que ha presentado en rueda de prensa el director de la Fundación del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), Lluis Puerto.

Mientras, en el análisis por tramos es el de Lugo de la N-642 entre el cruce con la N-640 y el cruce con la N-634 en Ribadeo (8,2 kilómetros) el más peligroso de España. Un tramo limítrofe entre las provincias de Lleida y Huesca, en la N-230, es el segundo más peligroso, al que sigue otro en la N-260 en Ripoll (Girona) en su cruce con la N-152. Estos son los 10 tramos más peligrosos:

1. N-642. Lugo. Tramo de 8,2 kilómetros entre el cruce con la N-640 y el cruce con la N-634 en Ribadeo

2. N-230. Lleida. 12,1 kilómetros entre Vilaller y Huesca

3. N-260. Girona. 62,2 kilómetrod entre Ripoll y el cruce con la N-152

4. N-541. Pontevedra. 11,8 kilómetros entre Sacos y el cruce con la PO-224

5. N-330. Huesca. 11,7 kilómetros entre el cruce con HU-322 a Boltaña y el principio de la variante este de Sabiñánigo

6. N-301. Toledo. 13,2 kilómetros desde Quintanar de la orden hasta la L.P. Toledo-Cuenca

7. N-621. León. 10,8 kilómetros entre Cistierna y Verdiago

8. N-345. Murcia. 7,2 kilómetros desde la Unión hasta Portmán

9. N-640. Lugo. 10,5 kilómetros desde Monterroso hasta L.P. Lugo-Pontevedra

10. N-234. Soria. 10,2 kilómetros desde Navaleno hasta L.P. Soria-Burgos

De los diez tramos más peligrosos, tres corresponden a Galicia, en tanto que Cataluña y Castilla y León tienen dos cada una y el resto se encuentran en Aragón, Castilla-La Mancha y Murcia.

El informe recoge las diez carreteras con más kilómetros de riesgo elevado y muy elevado, que son la N-420 (235 kilómetros), N-234 (228 km), N-260 (221,4 km), N-330 (167,4 km), N-230 (142,6 km), N-211 (136,6 km), N-630 (133,1 km), N-621 (130,2 km), N-620 (107,7 km) y N-6 (87,6 km).

Por tipo de vía, el estudio subraya que el 22% de los kilómetros de las convencionales de calzada única tiene un riesgo elevado o muy elevado de que en ellas se produzca un accidente, en tanto que las autopistas son las carreteras más seguras, con el 65% de riesgo muy bajo, porcentaje que es del 50% en el caso de autovías.

También analiza el estudio la siniestralidad de las motocicletas y precisa que los 10 tramos con mayor concentración de accidentes de estos vehículos están situados en grandes áreas metropolitanas, sobre todo en Barcelona (5 tramos) y Valencia (2 tramos). Puerta ha indicado que la mitad de los siniestros graves de moto y ciclomotor se localizan en 2.082 kilómetros de la red, es decir, en el 8,4%, por lo que ha opinado que podrían ponerse en marcha medidas de prevención al estar tan localizados.

Por su parte, la mitad de los accidentes graves de camiones se sitúan en 4.194 kilómetros (el 16,9%) y el tramo con más concentración de siniestros de estos vehículos pesados está en la A-1 en Burgos y transcurre por el Condado de Treviño. Asimismo, otro de los tramos con más siniestralidad para los camiones es el de la A-3 en Madrid, en el cruce con la M-303 al barrio de Vallecas.

El RACC lamenta que no se pueda conseguir en 2020 el objetivo de la década de reducir en un 50% las muertes en carretera, ya que entre 2010 y 2017 la disminución ha sido del 26%. De todos modos, y pese al estancamiento, e incluso repunte, de la siniestralidad, España tiene "en general un nivel de seguridad vial superior a muchos países europeos", según Puerta que, sin embargo, ha insistido en la necesidad de tomar medidas, entre ellas recuperar la inversión en la mejora de las carreteras.