El volcán de la isla de La Palma ha comenzado su erupción volcánica en la Cumbre Vieja, en la zona de Cabeza de Vaca, después de ocho días en los que se han acumulado más de 1.000 seísmos en la zona. Diversas grietas han comenzado a expulsar de forma explosiva piroclastos como lava, gases y otros materiales volcánicos. Actualmente, la emulsión se produce desde siete bocas diferentes.

Si bien se desconoce por el momento cuánto tiempo podría estar la Cumbre Vieja expulsando lava, el sismólogo volcánico Jesús Ibáñez ha señalado en una entrevista para laSexta que la emulsión podría durar "semanas, e incluso meses", dado que "es una erupción que ha abierto una fisura muy grande, con un alto nivel de energía que debe liberarse".

Por este motivo, y mientras siga habiendo terremotos, "es muy posible que la fisura se siga prolongando hacia la cima o hacia el mar, lo que puede prolongar la actividad", según el experto. Además, el Instituto Volcanológico de Canarias estimula que bajo el subsuelo podría haber una reserva de magma de unos 11 millones de metros cúbicos que presiona por salir, e Ibáñez apunta a una cantidad unas "10 o 20 veces superior".

La erupción se ha producido en una zona forestal, alejada de las poblaciones, sin embargo, el Cabildo de ha solicitado a la población "extremar las precauciones y no acercarse a la zona de la erupción para evitar riesgos innecesarios". "Igualmente, es muy importante mantener despejadas las carreteras para que puedan ser utilizadas por todo el operativo terrestre", ha explicado la institución a través de Twitter.

Una advertencia que comparte Ibáñez, que avisa: el mayor peligro no reside en la lava, sino en los piroclastos, que podrían ser perjudiciales para la salud de los vecinos y el medio ambiente. "La fuente de lava es una conducción dirigida por la gravedad, en los valles, pero en las cumbres hay una emisión de ceniza mucho más fuerte con capacidad de afectar a la población". Además, incide, los efectos de la ceniza no solo afectan a nivel poblacional, sino al espacio aéreo y la capacidad de acceder a la zona.

Así es el volcán en erupción

La Cumbre Vieja de La Palma es un complejo volcánicode tipo estromboliano. Es decir, alberga volcanes que dan lugar a erupciones explosivas: son efusivas, emiten lava y humo.

En concreto, todos los volcanes de las Islas Canarias se encuentran entre el nivel uno y dos sobre nueve del índice de explosividad. A mayor índice, mayor contenido de gas en el magma y, por tanto, mayor explosividad (puede llegar al nivel 9), como indica el Instituto Geográfico Nacional.

No es un volcán amable

El volcán de la Cumbre Vieja de La Palma ha erupcionado de forma explosiva, es decir, se ha producido una gruesa columna de material ascendente de piroclastos, materiales que comprenden tanto gases como lava, en las diversas grietas emisoras.

No obstante, como hemos comentado con anterioridad, no tiene un grado explosivo de erupción muy alto, por lo que el riesgo de este tipo de volcanes, en principio, no es extremo. Aun así, este tipo de fenómenos geológicos provocan siempre una situación crítica. Así lo define el sismólogo Jesús Ibáñez: "Estamos en una situación crítica. No es un volcán amable. No he visto ninguno amable. Son un volumen muy grande de energía que se convierte en fuego, y es algo que se tiene que tener en cuenta".

Varios municipios en riesgo

El Comité Director del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico había decidido hace apenas unas horas comenzar a evacuar, con carácter prioritario, a las personas con movilidad reducida tras la recomendación del Comité Científico (PEVOLCA) de actuar ante el riesgo inminente de erupción volcánica.

A pesar de que la lava ha brotado de una zona forestal, poblaciones aledañas podrían sufrir daños materiales a causa de los piroclastos que emergen de las bocas volcánicas. La lava, no menos peligrosa, también emerge por la superficie de los valles. Si bien su trayectoria podría ser más previsible, ya que sigue la orografía del terreno guiada por la fuerza de la gravedad.

Por este motivo, antes de la erupción ya se había comenzado con la evacuación preventiva de la población en riesgo en los núcleos poblacionales de Las Manchas (Las Manchas de Abajo, Jedey, San Nicolás y El Paraíso), que comprende los municipios de El Paso y Los llanos de Aridane; El Charco (Fuencaliente), La Bombilla (Los llanos de Aridane y Tazacorte) y el Remo y Puerto Naos (Los Llanos de Aridane).

A los riesgos derivados de la actividad volcánica hay que sumarle el aún riesgo de terremotos. La actividad sísmica que se inició el pasado 11 de septiembre se ha intensificado en Cumbre Vieja, con una intensa sismicidad en la superficie. De hecho, el último terremoto sentido por la población antes de la erupción ha llegado a alcanzar los 3,8 grados de magnitud.

Pedro Sánchez cambia su agenda

El presidente del Gobierno, que iba a acudir a la Asamblea General de la ONU en Estados Unidos, ha cambiado su ruta para dirigirse hacia las Islas Canarias tras precipitarse la erupción de la Cumbre Vieja de La Palma.

Actividad volcánica en Canarias

La Cumbre Vieja de La Palma es uno de los complejos volcánicos más activos de Canarias. En ella se han producido dos de las tres últimas erupciones registradas en las islas, el volcán San Juan (1949) y el Teneguía (1971).

Canarias tiene un origen puramente volcánico. Sin embargo, su actividad volcánica no es continua, sino discreta.

Entre 2017 y 2020, se produjeron ocho episodios sísmicos, pero todos a una profundidad entre 20 km y 30 km, según datos de Vicente Soler (CSIC), lo que se sitúa como poco importante, ya que es una zona rígida. Sin embargo, desde el 11 de septiembre, el magma se ha abierto camino desde la profundidad, lo que aumenta las posibilidades de una erupción.