Ambos han remarcado en el juicio con jurado que arrancó en la Audiencia Provincial de Álava que el procesado, un profesor de música sevillano, mostró resistencia al ser detenido pero que después estuvo tranquilo, no reflejó ningún desequilibrio y respondió de forma "coherente" a las primeras preguntas que le hicieron.
El acusado sin embargo afirmó durante su declaración que actuó "enajenado" porque vio en la pequeña la "semilla del mal" y él, como "trabajador de luz" que era, debía proteger a la humanidad frente a la oscuridad.
En la jornada de hoy han declarado un total de nueve agentes de la Ertzaintza, entre ellos los primeros que acudieron al domicilio donde se produjeron los hechos en la madrugada del 25 de enero de 2016 y otros que tuvieron contacto con el acusado ya en comisaría.
Además de los dos agentes que entraron en el domicilio y que redujeron al acusado, han testificado otros que se toparon con la madre de la niña en la escalera en estado de "shock", muy nerviosa y ensangrentada, y los dos ertzainas que estuvieron con la bebé, Alicia, de 17 meses, a la que encontraron en el suelo de la calle.
"La nena respiraba, tenía los ojos abiertos, no lloraba", ha explicado uno de esos agentes, que ha dicho que estuvo hablándole para que siguiera respirando, y que trató de atenderla lo mejor posible hasta que llegaron los servicios médicos.