"¡Camarero! ¡Un agua y dos botellines!". Son las peticiones que escucha Miguel Ángel, camarero en Santiago de Compostela, desde las 11 de la mañana. Porque, sí. Al menos tenemos trabajo y... bla-bla-bla. Pero los que trabajamos el día 1 somos unos 'pringados'. Lo sabemos bien porque los que escribimos estas líneas: nos comimos las uvas pensando en el madrugón, brindamos con cava con el freno de mano echado, y cuando nos ha sonado el despertador tras exactamente tres horas de sueño nos hemos preguntado "¿por qué a mí?".
Encima, salimos a la calle y solo vemos persianas bajadas. En cuanto vemos una subida, entramos a por consuelo. Y ahí encontramos, por ejemplo, a Rubén, dueño de una tienda de alimentación en Alcobendas. "¿Qué has hecho tú para merecer esto?", le preguntamos. Él lo tiene claro: "Ser autónomo".
Nos consolamos porque vemos que es mal de muchos. De nuestros basureros, que nos contestan orgullosos con el brillo que le han dejado a la ciudad tras la noche más dura de fiesta y desfase del año. De los farmacéuticos, que les toca abrir sobre todo para atender "resacas y empachos", nos cuentan. Por supuesto, de nuestros sanitarios. Echan a suertes qué festivo trabajar, porque hay que cubrirlos todos, y con vocación atienden las urgencias "de un día anormal, aunque con más intoxicaciones por alcohol". Y los servicios funerarios porque la muerte no entiende de festivos.
Más alegría nos da ver trabajar a los churreros. ¿Por qué si hay días mundiales de todo, el 1 de enero no lo es del churrero? También, en un festivo como hoy, los que visitan nuestras ciudades lo hacen para aprovecharlo conociéndolas. Así que los guías turísticos también han madrugado. Y los taxistas. Contentos porque el tráfico hoy da tregua, aunque -lo que es la vida- tampoco pueden disfrutarlo demasiado porque no es día de muchas carreras.
Preguntamos también lo que sabemos por experiencia propia: el 1 de enero no se trabaja por dinero. Al menos, la mayoría. Sino porque la profesión y la vocación obligan. No nos tocará la lotería, no... Pero este festivo, nos ha tocado.
Otro gasto más
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