Durante los diez años de suspensión, el sacerdote deberá residir en un monasterio o convento fuera de la Diócesis de Astorga y después podrá vivir en la Casa Sacerdotal y celebrar la eucaristía con autorización expresa, según ha explicado el obispo de Astorga (León), Juan Antonio Menéndez.
El obispo ha informado en rueda prensa de la resolución de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la investigación abierta para aclarar los supuestos casos de abusos sexuales cometidos por este cura en el citado centro educativo, que ha considerado probados.
Ha recordado los hechos fueron cometidos entre 1981 y 1984 y se desvelaron después de que un exalumno denunciase en febrero del pasado año que había sido víctima de abusos cometidos por el sacerdote ahora apartado de sus funciones.
El prelado ha insistido en que, aunque sean delitos que han prescrito civil y canónicamente, ordenó personalmente una investigación "exhaustiva" y dio cuenta de ello a la Santa Sede.
La investigación previa concluyó en junio del pasado año, y sus conclusiones y actas fueron enviadas entonces a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el organismo competente para juzgar estos casos.
Este organismo encomendó al obispo abrir un proceso administrativo penal y, una vez finalizado, declara probados los hechos denunciados y, por tanto, la comisión de "un delito grave de abusos sexuales a menores".
"Se la ha impuesto una pena muy dura", ha señalado el obispo, que ha incidido en que lo elevado de la suspensión se debe a la "reincidencia".
Ha insistido en que la investigación se ha centrado en la denuncia presentada y no se ha entrado en consideraciones sobre si pudiera haber más víctimas.
Menéndez ha manifestado que ha informado de la resolución al sacerdote y a la víctima, a quien también le expresó su dolor por lo sucedido y le pidió perdón en nombre de toda la comunidad diocesana.
"Me he puesto a su disposición para acompañarle espiritual y humanamente en aquello que legítimamente pueda hacer", ha agregado el prelado.
Además, Menéndez ha reiterado su firme condena y repulsa de hechos "execrables y vergonzosos" y ha reafirmado su decisión de luchar contra estos delitos por todos los medios legítimos.
Al respecto, ha hecho suyas las palabra del papa en su reciente carta al Pueblo de Dios en las que Francisco I sostiene que "mirando hacia el pasado nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y reparar el daño causado".
El obispo ha pedido a los fieles de la Diócesis de Astorga, sacerdotes, consagrados y laicos que "acompañen el dolor de las víctimas y pidan una verdadera conversión para el sacerdote que cometió los delitos".
"A los cristianos y a la sociedad reclamo que hagan todo lo posible para que en adelante se garantice y se proteja la integridad de los niños y de adultos en estado de vulnerabilidad, así como la implementación de la tolerancia cero a la que alude al papa", ha zanjado.
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