Denuncia que nadie soltó los móviles con los que grababan la explosión para ayudar a su hija cuando su yerno lo reclamaba.

"En brazos en la calle, pidiendo ayuda, ayuda y la gente qué poco corazón, con el puto móvil en las manos, grabando y nadie se dignó en dar ayuda a ese hombre", ha explicado José Luis Sanz, padre de la española fallecida en París.

Dice que sólo un bombero dejó lo que estaba haciendo para intentar salvarla. "Cogió a mi hija y le estuvo dando los masajes cardíacos, la tuvo con vida hasta que vino la ambulancia, gracias a ese bombero francés", ha continuado.

Mientras en Burguillos de Toledo, lamentan la muerte de su vecina. Ha habido un minuto de silencio en el colegio de sus tres hijos y los clientes de este supermercado en el que trabajaba desde hace años han improvisado un altar en la puerta. El cuerpo de Laura continúa en París a la espera de ser repatriado en tres o cuatro días.