Josefina cayó desde el septimo piso de un edificio en Burgos. Tenía sólo cuatro años, y era hija de Ana Julia Quezada. Hace 22 años de este suceso, pero ahora la Policía ha reabierto el caso al convertirse en la principal sospechosa en el asesinato de Gabriel. "La Guardia Civil y la Policía tendrán que ir tomando todas las medidas que legalmente están previstas para el caso", ha destacado el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido. Eran las siete de la mañana cuando el padrasto de la niña dió la voz de alarma.

"Se levantó, se asomó a la habitación de las niñas y, comprobando que la mayor no se encontraba en la cama, se dirigió a la habitación contigua (...) observando que la ventana, que es doble hoja y que da acceso al patio interior de la vivienda, se encontraba abierta", reza el atestado policial del caso en marzo de 1996. La menor podría haberse subido a una mesa y desde ahí caer al vacío. Así lo explica el escrito.

"Junto a la ventana (...) había una mesita de unos 40 centímetros de altura, de color blanco, por lo que se asomó viendo cómo su hija se encontraba tendida en el suelo", continúa el documento. Ana Julia vivía en dicho edificio con su marido español, con el que tenía una hija de dos años. A Josefina la trajo desde Republica Domincana. Unos meses después de su llegada se producía el trágico suceso. El casó quedó archivado, todo parecía una muerte accidental sobre la que ahora hay muchas sospechas.