"Ese par de horitas vendré con mi hijo porque es feliz", así habla Marian Miragaya de las horas sin música y luces en la feria Novo Mesoiro en A Coruña. "Mi hijo Álvaro se pone las manos en los oídos, se los tapa, agacha la cabeza, no quiere estar y dice que nos vayamos a casa", añade.

Con esta iniciativa, la feria de Novo Mesoiro se suma a otras ofertas en toda España para que la música a todo volumen no le robe diversión a nadie.

"A mi hijo le encantan las luces en movimiento y creo que lo va a disfrutar mucho, se va a poner muy contento y lo va a llevar mejor que si estuviera todo el sonido atronador que suele haber en estas cosas", apunta Pilar Grande, madre de Aldán.

El objetivo, que todos puedan disfrutar por igual

"Es tan fácil como tener un poquito de sensibilidad y comprensión", sostiene Marian. "Hay niños a los que les molesta mucho el ruido porque les duelen los oídos o se ponen nerviosos", explica una vecina.

Dos horas cada día, 120 minutos, 7.200 segundos en los que las orejas descansan, pero se multiplican las sonrisas.