De doctores a relatores de un genocidio

Un día en la cabeza, otro en la zona púbica: médicos en Gaza relatan como Israel juega a matar palestinos en los puntos de ayuda

¿Qué están diciendo? Unos de ellos es el pediatra Ahmad Yousef quien relata que los días en los que no había mucha gente recogiendo ayuda las explosiones aumentaban. Así, los militares israelíes se aseguran una cuota de asesinatos diarios.

Israel ya ha asesinado a 1.400 palestinos cuando buscaban comida.
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Los doctores que regresan de la Franja de Gaza lo repiten. Los disparos en los puntos de distribución de ayuda siguen un patrón. Unos de ellos es el pediatra Ahmad Yousef quien asegura que "había días en los que veíamos solo heridas en la cabeza y el cuello". Cuestión que también resalta el cirujano Nick Maynard.

Eso un día, porque al siguiente los disparos eran en los testículos. "Todos habían recibido disparos en las piernas o en la zona púbica, o en la ingle, un día determinado", asegura Yousef. De nuevo, el doctor Maynard reafirma este extremo al relatar que durante una jornada vieron a "cuatro jóvenes de 13 y 14 que habían sido disparados en los testículos".

De esta manera, el pediatra Yousef no duda en sostener que "quienquiera que estuviera tomando la decisión detrás del gatillo estaba escogiendo un patrón concreto". En definitiva, un juego macabro que en apenas dos meses y medio ha dejado casi 1.400 palestinos asesinados mientras buscaban comida.

Y si los puntos de distribución no se llenaban, se intensificaban los bombardeos: "Vimos un aumento significativo de las explosiones de bombas en las calles, viviendas y vehículos", cuenta el doctor Yousef. Así, los militares israelíes se aseguraban cumplir una cuota de muertos diaria.

Tanto Yousef como Maynard entraron en Gaza sin poder llevar nada en la maleta, pues recuerdan que al hacerlo les advirtieron de que no se atrevieran a llevar "suministros médicos" ni "leche en polvo para bebés", es decir, "nada". Tampoco "comida, multivitaminas y antibióticos, material médico como estetoscopios, oxígeno".

En definitiva, "todo lo que se pueda imaginar que deseábamos tener para tratar a la gente en Gaza, nos lo confiscaron en la frontera". Ambos son doctores obligados a convertirse en relatores de un genocidio. Su testimonio también incomoda a Israel.