Los agentes de la Policía Nacional y Policía Local constataron que el criadero ilegal localizado en Meco, Madrid, disponía de una página web y varios perfiles en redes sociales donde ofertaban tanto a los animales como los complementos necesarios para su cuidado.

Además, afirmaban que contaban con una experiencia de más de 20 años en la cría familiar de este tipo de animales.

En una primera inspección, los agentes constataron que en ese inmueble se encontraban numerosos animales encerrados que desprendían un fuerte olor hacia el exterior y, además, se escuchaban los ladridos continuados de los perros con las molestias que ello ocasionaba a los vecinos.

Junto a la Policía Local de Meco, los investigadores comprobaron que el domicilio "carecía de autorización de núcleo zoológico", por lo que no se encontraba habilitada para la cría y tenencia de animales.

Los vecinos de la zona confirmaron a la Policía que los investigados llevaban años dedicándose a la venta de perros, y avisaron de que existía un "gran trasiego" de gente que acudía con trasportines de animales.

Hace pocos días, y tras tratar de contactar con los residentes de esa vivienda en diferentes ocasiones, los agentes detectaron cómo los investigados intentaban sacar a los perros del domicilio.

Fue en ese momento cuando se procedió a la intervención de los 12 animales, todos ellos de la raza chihuahua, además de seis trasportines (en cuyo interior estaban los doce perros) y 17 jaulas de transporte de animales.