El joven estadounidense ha sido condenado a cinco años de cárcel por haber ayudado a una chica de 16 años a suicidarse en Utah, Estados Unidos. Tyerell Przybycien, que además tenía contenido de pornografía infantil en su teléfono móvil, ha expresado su deseo de que los familiares le perdonasen, y confía en que tras la sentencia puedan sentir algo de alivio.
Los hechos ocurrieron en mayo de 2017, cuando Tyerell le dio a su compañera de clase la soga que ésta usó para quitarse la vida. La policía encontró el recibo que demuestra que él compró la soga. Además, grabó con su teléfono móvil el suicidio de la chica. En el vídeo se escuchaba su voz: "Creo que voy a dejar esto aquí", decía el condenado tras comprobar que la chica había fallecido.
Tras ser detenido, dijo que él también tenía "pensamientos suicidas", pero que antes quería ver el suicidio de otra persona para determinar si era algo por lo que él "podría pasar", según documentos judiciales presentados en octubre pasado al tribunal. Además, de acuerdo con testigos entrevistados por los investigadores, el joven habría anticipado a sus amigos que iba a ayudar a "que ella se matase" y que "cometería un asesinato" sin que lo atrapasen.
Aunque originalmente fue acusado de asesinato y con posibilidad de cadena perpetua, en octubre pasado la fiscalía le permitió declararse culpable de abuso de un menor de edad con resultado de homicidio y de intento de explotación sexual de menores. Tras este caso, el poder legislativo de Utah, Estados Unidos, aprobó en 2018 una ley que castiga con sentencias de hasta 15 años de prisión a aquellas personas que provean "medios físicos" para que alguien se suicide.