No han abierto nigún expediente pero la realidad pasa frente a sus caras. Van de piso en piso buscando cazar in fragantis a los caseros que alquilan al margen de la ley. Comienzan las inspecciones que el Ayuntamiento prometió a los vecinos de la Barceloneta.
Merce Homs, concejala de Ciutat Vella, explica que "son 3 equipos combinados entre guardia urbana e inspección de municipales". Trabajan en diferentes turnos con una lista aleatoria de casas, no bajo denuncia. De 9.000 a 90.000 euros pagarán de multa los propietarios de pisos turísticos que operan sin licencia.
Los vecinos se quejan de que se alquilan sin control a extranjeros ruidosos y que se comportan como vándalos. "Van desnudos y de borrachera, molestan a la gente y no nos dejan dormir", señalan algunos de los vecinos.
El objetivo, como no, es económico. Esto es, sacar por un piso más de 3.000 euros al mes, alquilándolo por días a extranjeros, en vez de 400 que paga una familia del barrio.
"Si especularan con gente normal, todavía podría decirse que, cada uno con su casa, hace lo que quiere. Pero si encima te meten chusma ya es para desesperarse, tal y como está el barrio", explica una de las vecinas.
En Internet se alquilan cientos de habitaciones y pequeños apartamentos que, a partir de unos 60 euros al día acaban sobreocupándose por turistas low cost. Las inmoviliarias de la zona no quieren hablar del tema y los empresarios del sector se quejan de que el Ayuntamiento ya no da licencias de piso turístico.
"Regulando las viviendas de uso turístico regulamos el uso incívico", indica Julián López, secretario de la Asociación de empresarios de Pisos Turísticos.
Tras varios días de manifestaciones, los vecinos no creen que el aumento de inspecciones y de guardia urbana solucione su problema de turismo de borrachera.
Otro gasto más
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