Cae el "clan de las bosnias", las cinco carteristas más activas del metro de Madrid que durante más de 10 años se han dedicado a cometer hurtos en las estaciones más transitadas por turistas.

Por primera vez en Madrid, un juez ha decidido imponer a las arrestadas una medida cautelar novedosa. Las detenidas tendrán prohibido absolutamente acceder a cualquier instalación del suburbano o de Metro Sur, según ha informado la Jefatura Superior de Policía.

Entre las cinco carteristas detenidas suman 330 antecedentes policiales, en su mayoría por hurtos.

La investigación comenzó el pasado mes de diciembre cuando los agentes analizaron el historial delictivo de varias mujeres que habitualmente se dedicaban a sustraer carteras en el metro.

Gracias a este análisis, los agentes constataron que cinco de ellas, de nacionalidad bosnia, formaban el grupo más activo en este tipo de delitos.

Esta banda, que llevaba delinquiendo en el suburbano más de 10 años, estaba perfectamente estructurada, con un claro reparto de funciones cuando cometían los hurtos.

Su líder, Raifa I., de 30 años y la más veterana del grupo, se encargaba de coordinar los robos y de distribuir al resto por las zonas de metro "marcando" a las víctimas.

Por otro lado, Zahida I., de 36 años, se dedicaba exclusivamente a perpetrar las sustracciones gracias a su experiencia en "picar"carteras. Por último, las otras tres mujeres se encargaban de distraer a la víctima y de tapar la acción para que nadie se percatara del robo.

Su "modus operandi" siempre era el mismo. Normalmente, elegían los días en los que se celebraban en el centro de la capital actos a los que solían acudir gran cantidad de personas, como partidos de fútbol conciertos o manifestaciones.

Una vez que habían seleccionado a la víctima, casi siempre cargada con maletas o mochila, ponían en práctica diferentes técnicas para cometer los hurtos.

Una de ellas es la conocida como "el método del tapón". Aprovechaban la subida o descenso de los viajeros de los vagones, al tiempo que varias de las arrestadas usaban su propio cuerpo para propiciar una leve aglomeración de personas y así tener facilidad para hacerse con las pertenencias de sus víctimas.

La pasada semana, los investigadores establecieron un dispositivo para la localización y detención de sus componentes, y tras varias horas de espera lograron arrestarlas en el metro de Plaza Elíptica, lugar por donde las arrestadas accedían al suburbano habitualmente.