La Isla Nonita es referente mundial en observación de estrellas. Fue pionera en proteger el cielo nocturno de la isla, lo que cada año conseguía una ocupación hotelera del 60%. Ahora, la falta de plazas para el realojo de los afectados ha hecho que las empresas de Astroturismo hayan cesado la actividad. No todas, pues las que siguen con su actividad darán ayudas directas a los afectados con lo recaudado.

Porque, cuando cae la noche en La Palma y reina la calma es cuando las estrellas se convierten en las protagonistas. Y sí, en la Isla Bonita más que en cualquier otra parte. Porque son tan queridas y visitadas que están protegidas por ley desde 1988: la conocida como 'Ley del Cielo'. Esta norma regula la contaminación lumínica y radioeléctrica, la contaminación atmosférica y regula las rutas aéreas.

"La Palma es el sitio que se ha escogido para el Observatorio Astrofísico del Roque de los Muchachos, que es uno de los más importantes del planeta", ha explicado Elena Nordio, responsable de 'Stars Island La Palma'. Así, no solo se viaja hasta allí por su naturaleza salvaje o su gastronomía, también por su cielo. Así lo cree Ana García, astrofísica y responsable del proyecto 'AstroLaPalma'.

"Es uno de los mejores cielos del mundo. Por las noches, parece que las estrellas se pueden tocar", ha expresado a laSexta, donde ha detallado, junto a Elena Nordio, en qué consiste su labor. Una actividad mermada, igual que el resto de lo turístico de la isla: roza mínimos históricos con una ocupación del 15%. Conocen de sobra el motivo: cancelación de reservas hoteleras y actividades turísticas por el volcán.

Este ha transformado la noche, pero no las ganas de seguir. Aunque las estrellas de este firmamento ya no son las únicas que alumbran la oscuridad, han sabido encontrar la manera y el camino para salir adelante entre tanto caos. "Pedirle a todo el mundo que done, hacer lo mismo nosotros y difundir esta situación en las redes", ha señalado Ana García.

Calidad astronómica y solidaridad se dan la mano para tendérsela a los que han perdido su campo o su techo; algo que el volcán nunca podrá modificar, el patrimonio incalculable de la isla: su generosidad, porque muchos son optimistas y están seguros de que podrán salir adelante tras esta catástrofe natural, y el cielo palmero.