La campaña se acompaña de gráficos con una metáfora con perfiles de los diferentes tipos de fauna callejera: el gallito que dice piropos a unos metros de distancia; el cerdo que grita barbaridades; el buitre que está al acecho; el pulpo que se pega cada vez que puede o el búho que no te quita ojo de encima.
Todo ello cerrado con los mensajes: "Estos comportamientos no son propios de personas"; "Ayúdanos a que la fauna callejera se extinga" y "El acoso callejero es una forma de violencia machista". Con el lema #NoSeasAnimal, la campaña se difundirá a través de redes sociales y medios de comunicación.
Durante el acto de presentación de la campaña, el director del Instituto Andaluz de la Juventud ha señalado que el acoso callejero es la práctica "machista y sexual más comúnmente aceptada", que favorece la situación de vulnerabilidad sexual de las mujeres.
"Se trata de comentarios sexuales explícitos o implícitos que los hombres hacen cotidianamente a las mujeres en las calles, sin ver en ello violencia", y que van desde el "piropo que cosifica hasta la realización de fotos o los roces en transportes públicos".
La directora del Instituto Andaluz de la Mujer, Elena Ruiz, ha indicado que el acoso callejero es una práctica abusiva en la que "el hombre hace uso de su conducta machista para creerse en el derecho de tratar a las mujeres como objetos sexuales, normalizando así una situación de vulnerabilidad que a veces deriva de agresiones o abusos sexuales".
La campaña es el colofón de la VIII Escuela de Igualdad, que durante este otoño ha llegado a casi 500 jóvenes de 14 a 17 años de centros de secundaria de las ocho provincias andaluzas.
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Su historia El 29 de octubre de 2024, la riada arrasó con la casa de Pepica. Su hijo la salvó abriendo una salida improvisada. Ahora, su familia impulsa un crowdfunding para reconstruir su hogar y recuperar lo perdido.