El control de las contraseñas o del móvil de la pareja, prohibirles hablar por Whatsapp con determinada persona o vigilar si están conectadas son parte de las nuevas formas de violencia machista entre los adolescentes. Pueden llegar a obligar a la pareja a eliminar una foto de sus redes sociales, o amenazar con publicar algún vídeo comprometido.

Dentro de la investigación 'Violencias de género en entornos virtuales' (2018), que ha trabajado con 4.536 adolescentes de entre 13 y 17 años de toda España, se evidenció que también en la vida digital los chicos controlan más a sus parejas que las chicas.

Esta 'nueva' realidad se da desde que existe el universo de los medios sociales y la presencia constante de los menores de edad en internet. En el siguiente gráfico, una muestra representativa de jóvenes de Baleares que respondieron a preguntas sobre control de la pareja:

Otra investigación, publicada en 2015 por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ya detectó que los adolescentes están acostumbrados a percibir ideas del amor romántico que derivan en actitudes machistas: el 35,8% de las chicas y el 36,8 de los chicos han escuchado muchas veces el consejo aquel de que "los celos son una expresión del amor". Y proceden mayoritariamente de adultos. De ese mismo estudio se desprendía que el 25,1% de las chicas reconocía haber sufrido control a través del móvil.

El príncipe azul y el porno, sus referencias

La sociedad ha avanzado mucho en materia de feminismo, pero la socialización de la juventud no ha variado tanto: las adolescentes de hoy encuentran sus referencias en películas en las que seguía imperando "el ideal del amor romántico, el príncipe azul y la idea de cuidar a un chico que tenga problemas", explica Ángeles Rebollo, profesora, experta en Educación en la Universidad de Sevilla y una de las coordinadoras de la investigación 'Violencias de género en entornos virtuales'. En cambio, para ellos el referente en la educación sexual sigue siendo la pornografía.

Tras los numerosos estudios que evidencian este fenómeno, las administraciones públicas comienzan a ponerse las pilas. El ministerio llevó a cabo una campaña en 2018 dirigida a los jóvenes y titulada con el 'hastag' #Puesnolohagas, que incluía mensajes como el del siguiente vídeo.

 

Ante este 8 de marzo lo que las expertas demandan es trabajar más con los chicos en el desarrollo de sus emociones. Todo sin "abandonar" a las chicas, y sin que adopten actitudes contraproducentes, como usar también la violencia como respuesta a presiones masculinas.

El Instituto Andaluz de la Mujer, organismo público que quiere eliminar Vox y sobre el que ha vertido algún que otro bulo, refleja este fenómeno de "la princesa guerrera" en su guía para profesionales que trabajan con adolescentes. La socióloga Carmen Ruiz Repullo nos explica que esta reacción se da en algunos casos y en una fase inicial de la relación sentimental con el chico, según su experiencia en el trabajo con jóvenes: "Las chicas no son absolutamente sumisas desde el principio, algunas responden así al principio". Para ella, lo más importante es conseguir que los chicos no "agredan", y en que las chicas "se reapropien de sus cuerpo y su sexualidad".

Perciben más violencia de la que dicen sufrir

Un 2,3% de las víctimas de violencia de género son menores de edad. Este dato hace referencia a aquellas mujeres sobre las que se dicta una orden de protección y que el ministerio de Justicia recoge en su registro. Pero el bajo porcentaje no debería engañarnos: los adolescentes reconocen presenciar más violencia en internet y las redes sociales que la que dicen sufrir o ejercer.

Los adolescentes perciben más violencia en internet y las redes sociales que la que dicen sufrir o ejercer

Los patrones de género se trasladan al entorno virtual, y este agrava los efectos de la violencia: lo digital permanece y la reputación de una chica puede circular de móvil en móvil a la velocidad de un reenvío de Whatsapp.

Las chicas son mayoritariamente las víctimas de violencia también en el mundo digital, mientras que los chicos son agresores con más probabilidad también según el estudio coordinado por Ángeles Rebollo y Trinidad Donoso-Vázquez. En las encuestas, la violencia sexual que ejercen es muy inferior a la que admiten en los talleres: "Los estudiantes no reconocen algunas formas de violencia que están practicando", concluye Rebollo.

¿Qué otras formas de violencia hay en el entorno digital?

"Bromean con la violencia, hacen comentarios y chistes sobre la violencia contras las mujeres", detalla la investigadora. También es común compartir la foto de una chica entre amigos añadiendo todo tipo de comentarios, hacer memes o dar un uso sexual de la misma. A partir del trabajo con adolescentes en el entorno digital, explica, una joven puede ser machacada tanto por guapa y por tener relaciones sexuales con varios chicos como por lo contrario: "¿Cómo encuentras el espacio en el que ser chica si estás permanentemente siendo evaluada?", apunta Rebollo.

El 37% de los jóvenes dicen haber ejercido violencia con las que no cumplen con los típicos roles femeninos

En ese sentido, cerca del 37% de los encuestados dicen haber ejercido violencia con aquellas que no cumplen con los típicos roles o estética femenina.

La violencia en el universo digital de los adolescentes también se da en la pareja: el 75% dijo haber presenciado violencia de forma ocasional o frecuente. Lo grave, afirma Rebollo, es lo normalizada que tienen estas vivencias. De hecho, aunque la mayoría de los que presenciaron reaccionaron defendiendo o ayudando a la persona agredida, lo que preocupa a las investigadoras es el 30% que admite no haber hecho nada.

Hay una cosa que sí ha cambiado, según las investigadoras: a ellas se les ha educado en la libertad, son conscientes de que son libres e iguales. El problema viene después, cuando se topan con la realidad.