Britney Spears ya puede disfrutar de la libertad tras 13 años viviendo bajo la tutela de su padre, James Parnell. La estrella del pop ya puede disponer de todo su patrimonio y realizar actividades tan nimias, como conducir su propio coche o beberse una copa en uno de sus restaurantes favoritos.

De hecho, la cantante ha celebrado su 'puesta en libertad' tomándose "una copa de champán en uno de los restaurantes más bonitos" que ha visto. Así lo ha explicado en una de sus últimas publicaciones en Instagram: "Qué fin de semana tan increíble. Me he sentido en una nube. Me bebí mi primera copa de champán en el restaurante más bonito que he visto".

Un post que también ha aprovechado para agradecer el trabajo de su abogado en esta batalla legal y ha tildado de "espectáculo" el hecho de que "tanta gente" celebre su victoria en los tribunales. "Estoy tan feliz de que mi abogado Mathew Rosengart llegara a mi vida, realmente ha cambiado mi vida y siempre le estaré agradecida. Es un espectáculo ver a tanta gente celebrando mi victoria", ha escrito en Instagram.

El pasado 12 de octubre la jueza Brenda Penny ordenó el fin de la tutela legal de Spears. Una decisión que tomó un mes después de que su padre renunciara a seguir siendo su tutor y se declarase una custodia temporal.

Ahora, el representante legal de la artista, que fue contratado este verano gracias a una autorización de la jueza, accederá a toda la documentación de los últimos 13 años con el objetivo de investigar las supuestas ilegalidades en la tutela.

En otro de los textos que ha compartido en redes, Britney Spears ha señalado que la actuación de su familia "fue desmoralizadora y degradante" y cree que deberían "estar en la cárcel por todas las cosas malas" que le hicieron en estos 13 años. Además, ha tachado de "vergonzoso" el hecho de que nunca "haya visto dinero en efectivo o haya podido conducir" su "propio coche".