Villarejo sostiene que hace tres años se inició una "campaña de prensa" contra él, en una "persecución radical" a su juicio "instigada por el general Sanz Roldán" porque se "debió sentir traicionado" cuando no cumplió la misión que le había encomendado: "Recuperar todos los documentos en poder de la princesa Corinna".

"Esos documentos, según se me comunicó, afectaban gravemente a la seguridad del Estado. Los integraban, entre otros, el 'archivo Jano' o CIC (Control Integral Central), que en su día llegó a contener casi un millón de fichas individuales con datos personales y privados de vicios y virtudes de las personalidades más relevantes de España", explica Villarejo en su carta abierta al presidente.

Conforme detalla, "la realidad es que contiene los datos más sórdidos y oscuros de aquellos cuyas decisiones en un momento determinado pueda convenir que se adapten a los intereses de quienes las poseen". "Así, por ejemplo, uno de los subarchivos, llamado 'Control de Togas', afecta como puede suponerse de forma directa al mundo judicial", expone.

Tras señalar que si bien "al principio" consiguió ganarse la confianza de Corinna, apunta que no pudo "culminar" su "misión" y que Sanz Roldán desencadenó en consecuencia un "infierno" contra él y su familia. "Conocer incluso de quienes presumen de amistad conmigo en el actual CNI que su director ha procurado mi destrucción por todos los medios no puede resultar más doloroso para quien ha entregado su vida entera al servicio de España", añade.

Dice en esta línea que la "obsesión enfermiza" del general perjudica al país. "No puedo hacerme responsable del riesgo que se está ocasionando y se va a ocasionar a la estabilidad de las más altas instituciones de España con la construcción de una suerte de causa general contra mi persona basada en interpretaciones mendaces y fragmentarias de piezas aisladas de información", apunta, y añade: "Quizá permanezco encarcelado para que no pueda contar la realidad de los hechos tan graves que conozco".