En la cumbre del Partido Popular en Valladolid todo está preparado, desde el gimnasio hasta la galería de los ausentes. La intención de Génova es que durante este fin de semana la economía eclipse todo lo demás. Para conseguirlo, según varios medios, el as en la manga de Mariano Rajoy es una promesa: bajar los impuestos pronto. Pero las horas convulsas que vive el PP podrían complicarlo.
El secretario general de los populares vascos, lejos de apagar el incendio que asola el ala derecha del partido, lo ha azuzado. Iñaki Oyarzábal asegura que los que ahora se rebelan son los perdedores de 2008.
Aquellos perdedores ahora redoblan sus ataques contra el PP. "Si estas pequeñas fuerzas van separadas serán aniquiladas por el monstruo", asegura Alejo Vidal-Quadras.
Esta fractura, para el PSOE no cambia la esencia de este encuentro. "Es verdad que no están todos los que son en la derecha, pero todos los que acuden a la convención son la derecha", explica Óscar López, secretario de organización del PSOE.
La convención nacional de los populares comienza además con la incógnita de quién será el candidato a las europeas. Lo que sí se sabe es de qué no se va a hablar. Hoy, mañana y pasado en Valladolid, la reforma de la ley del aborto ni tocarla.