Puede suceder cuando menos te lo esperas: un día cualquiera vas al baño y notas un picor. Un escozor diferente, que no debería producirse. Pasan las horas y ahí continúa. Decides, entonces, ir al médico. El resultado es claro: has contraído una ETS -enfermedad de transmisión sexual-.

No es algo anecdótico. Cada día le sucede a cientos de españoles. La gonorrea, clamidia, sífilis e incluso el virus del papiloma humano se han convertido en la otra pandemia, de la que nadie habla en tiempos de COVID-19. Y será la siguiente en venir, auguran los expertos.

Pero las cifras son para asustarse: las ETS han vuelto a los números de los años de la heroína. Con los últimos datos en la mano -pertenecientes al año 2018, pero revisados en mayo de 2020- España ha multiplicado exponencialmente su incidencia. La solución es sencilla: el preservativo, aunque ha pasado a un segundo plano en la memoria colectiva desde el Póntelo, pónselo.

Cada día, un millón de contagiados

¿Quién puede tener una ITS en España? Cualquiera. Para entenderlo sólo hace falta fijarse, primero, en ese cambio de terminología. Ahora se llaman infecciones de transmisión sexual, y no enfermedades, siguiendo una propuesta de la OMS para tener en cuenta que hay veces que estas patologías son asintomáticas.

Cada día, un millón de personas en el mundo contrae una infección de transmisión sexual, según esta misma organización sanitaria.

Cada día, un millón de personas en el mundo contrae una infección de transmisión sexual

OMS

Son términos que antes costaba comprender, pero con esta pandemia asolando nuestras vidas y poniéndolas del revés, a nadie extraña que hablemos de incidencia, de casos, de tendencias. Y, por ejemplo, la gonorrea ha pasado de 4.599 casos en el año 1995 (una incidencia de 11,69) a más de once mil contagiados en 2018 (24,16), según la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica.

Pero no es la única ni más sangrante. La sífilis, por ejemplo, pasó de apenas un millar de casos y una incidencia por cada 100.000 personas de 2,57 en 1995 a más de cinco mil contagiados y una tasa de 10,87 en 2018. Los datos de la clamidia y sus subtipos apenas se llevan monitorizando unos años, aunque la tendencia es al alza.

8 de cada 10 personas en el mundo está contagiada de VPH

OMS

Aunque si hay una infección preocupante, por el desconocimiento, por las cifras y por todo lo que acarrea es el virus del papiloma humano (VPH). Es la más frecuente: afecta al 80% de la población sexualmente activa, hombres y mujeres por igual, en todo el mundo, en cifras de la OMS. Es más: cada año, cerca de 45.300 casos nuevos de cáncer se encuentran en partes del cuerpo donde frecuentemente se encuentra el virus del papiloma humano (VPH). El VPH causa cerca de 35.900 de estos cánceres.

¿Una cuestión generacional?

Dependiendo de qué infección hablemos, lo más común es que el grueso de contagios se produzca entre los 24 y los 35 años. El tramo de edad mayoritario en el caso de la gonorrea es el de 25-34 años; el de la sífilis, el de 25-44 años; para la clamidia común, en cambio, es el de menores de 25. Y mayoritariamente, a excepción de la 'chlamydia trachomatis', casi puramente femeninia, se contagian hombres.

Y todo sería evitable con un simple condón -masculino o femenino-.

Sin mortalidad no hay conciencia

El repunte de las infecciones de transmisión sexual va ligado a la evolución de la sexualidad en nuestra sociedad. La manera de concebir el sexo y, especialmente, con quién mantener relaciones sexuales. Por no hablar, claro, de la responsabilidad.

"El problema con muchas de ellas es que son asintomáticas y la infección va evolucionando. Hay que pedirles a aquellas personas que han tenido prácticas de riesgo, con personas anónimas o casuales, se acerquen al sistema sanitario para que le puedan hacer el diagnóstico", explica Asunción Díaz, médica, doctora por la Universidad Complutense de Madrid e investigadora en el Centro Nacional de Epidemiología, dependiente del Instituto de Salud Carlos III, en conversación con laSexta.

Desde los retrovirales del VIH se comienza a perder el miedo a las ITS

Parte del cambio de tendencia está atribuido a que, precisamente, en el año 95 comienzan los tratamientos retrovirales del VIH, la gran enfermedad mortal de transmisión sexual. "A partir de ese momento la visión cambia, porque ya no es una enfermedad mortal como era al principio. Varían las conductas y la pérdida de miedo al VIH en sí mismo. No es algo especial de España, esto también lo han observado países de Europa antes", comenta la científica.

Para Sanidad es "el reto que se avecina"

La visión es similar a la que aporta el Ministerio de Sanidad, cuando esta cadena la consulta. "Las epidemias por infecciones de transmisión sexual nos han acompañado a lo largo de la historia pero hay periodos, aquellos que siguen a las crisis sociales y económicas, en los que estas infecciones aumenta", explica un portavoz a esta cadena.

"Los períodos que siguieron a las dos Guerras Mundiales Europeas en el siglo XX, el período vivido en España tras el fin de la dictadura y la llegada de la democracia, o la caída del Muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética en los años 90 del siglo XX, se asociaron a aumentos de las conductas de riesgo para adquirir infecciones de transmisión sexual y al VIH", prosiguen desde Sanidad.

Hay periodos, aquellos que siguen a las crisis sociales y económicas, en los que estas infecciones aumentan

Ministerio de Sanidad

Así, "debemos anticiparnos al período posterior a la pandemia por COVID-19 para anticipar las respuestas desde la Salud Pública para los retos que se avecinan". Los locos años 20, que pronostican algunos.

Sin campañas virales, más casos

Lo cierto es que no hay que alarmar. Todas estas enfermedades tienen tratamiento con antibióticos. Aunque se pueden producir "de repetición", comenta Asunción Díaz. "Esto quiere decir que las puedes volver a coger dentro de unos meses: no dejan inmunidad".

La tendencia al alza de las ITS es multifactorial, claro. "Por una parte, menor información y/o conocimiento, el pensar que estas infecciones son cosas del pasado, el no atribuirles la importancia que tienen (en cuanto a sus efectos secundarios pueden ser infertilidad, enfermedad inflamatoria pélvica, embarazo ectópico en el caso de las mujeres, epididimitis y prostatitis crónica en hombres; algunas de ellas pueden producir infecciones congénitas -como la sífilis congénita- cuando se producen en mujeres embarazadas)", comenta Díaz.

El aumento de estas infecciones es multifactorial

Pero ¿cuál es el motivo que desde el nuevo milenio no hayan hecho sino crecer desaforadamente? El propio Ministerio reconoce "la indiscutible tendencia ascendente en los últimos años, especialmente marcada a partir del año 2005". La conciencia social y, claro, la educación.

En la retina de todos los ciudadanos españoles están los grandes hits de las campañas de concienciación. Del mencionado Póntelo, pónselo al más reciente Sólo con condón, sólo con koko, entre aquellos que perduran en la memoria colectiva. Ahora se recuerdan como un gran éxito -sanitario y social-, pero en su momento se armó la marimorena, como recuerdan fuentes sanitarias consultadas.

El 'Póntelo, pónselo' escandalizaría hoy día a ciertos sectores, como hizo en los años 90

Era la época en la que la comunicación masiva, dirigida a cualquier público, se hacía por la televisión. El spot fue rompedor, pero no porque mostrara algo extraño, sino rupturista. Algo que a muchos padres no les gustó ver: clases de educación sexual a sus hijos. Los ecos de aquello resuenan a día de hoy, con partidos políticos como Vox exigiendo el mal llamado pin parental para presuntamente proteger de una supuesta doctrina sobre sexualidad a sus hijos en las aulas.

El comportamiento entonces fue similar al que se intuye que se daría hoy en día, en ciertos sectores y en el debate público. Treinta años antes, con el Póntelo, pónselo, el enfado fue generalizado. Se escribieron cartas al director, artículos de opinión, se judicializó mediante demandas y incluso los jueces hubieron de posicionarse sobre su legalidad.

El poder de la educación sexual

"No hay educación sexual. Vamos cada vez a peor", saluda al otro lado del teléfono Celia Blanco, periodista y voz de los espacios de divulgación sexual en las ondas durante años, al frente de ‘Contigo Dentro’. "No hablamos de sexo por cosas como esta: somos capaces de no vacunar a los niños [en el caso del VPH en nuestro país, sólo se incluye la vacuna a las niñas en una infección con transmisión anal. En Australia, por ejemplo, se comenzó a vacunar a ambos sexos hace 20 años y se da el VPH por erradicado] por no contemplar ni siquiera la bisexualidad", comenta.

No hay educación sexual. Vamos cada vez a peor

Celia Blanco

Blanco ahonda: "Nuestro concepto del sexo está muy limitado, está muy establecido que sea de una manera. Y también con la salud sexual. Hay establecidos unos determinados parámetros, la heterocisnormatividad, y nos lleva a confundir muchas veces cosas. Eso deja a la mitad de la población sin inmunizar", se lamenta.

"Son enfermedades muy graves a las que no damos la importancia suficiente solamente porque estamos incapacitados a pensar que otra sexualidad sea posible", subraya la periodista. "El no admitir que somos libres en el sexo hace que tanta gente muera. Pregúntale a cualquier médico: esto hace que les lleven los demonios".

El coste de la prevención frente al tratamiento

Ya no sólo por el coste humano, sino económico: ahora que somos conscientes del precio de una vacuna y de un tratamiento, obviar el tiempo y dinero ganado en la prevención es cerrar los ojos ante la evidencia.

Por eso, opina Blanco que "no le damos la importancia que tiene". "Habría que coger el toro por los cuernos: el VPH, por ejemplo, es la enfermedad más extendida del planeta. ¡Cómo puedes no tener condones femeninos en las farmacias, por ejemplo!", se lamenta. "Haz la prueba: en 2 de cada 3 farmacias no hay medidas profilácticas femeninas".

El VPH es la enfermedad más extendida del planeta

Es la regresión en materia de sexualidad. "La educación es primordial, pero lo que quieren es que no sepamos. Pero con el sexo hay tanto problema que prefieren que no se sepa", comenta la periodista.

Hacer los virus virales

Hoy en día, en España se siguen haciendo campañas periódicamente. Eso sí, principalmente dirigidas al VIH. "Las ITS se han dejado un poquito de lado, puesto que son enfermedades que son curables, que tenían otra repercusión diferente a la del VIH (que sigue sin tener tratamiento, aunque sí tiene uno que controla la carga viral pero siguen con ella toda la vida)", desliza Asunción Díaz, del Centro Nacional de Epidemiología.

Por mucho que sea hora del COVID-19, "hay otras infecciones a tener en cuenta"

"De alguna manera no se puso tanto el foco en estas enfermedades. Se han hecho algunas campañas dirigidas a poblaciones específicas (hombres que tienen sexo con hombres) y durante un tiempo dejaron de ponerse en grandes medios: se optó por otra difusión como cartelería o redes sociales", analiza la científica. "Es a veces difícil ver el canal más adecuado".

Quizá lo primordial sea que hablar de virus se haga viral, por redundante que suene. Por mucho que sea hora del COVID-19, "hay otras infecciones a tener en cuenta". "Es importante la prevención y el diagnóstico precoz. Sin estigmatizar de ninguna manera, pero cuídate, cuida de tu salud, tu salud completa incluida la sexual. Y la de tu compañero".