La Patronal de Residencias valencianas se quedan de piedra cuando escucha las conversaciones que muestran el aparente trato de favor de la Generalitat a los geriátricos de la familia Cotino.

Porque las palabras entre el constructor Enrique Ortiz, socio del Sobrino de Cotino, y Arturo Alario, director de la sociedad de residencias beneficiadas, deja pocas dudas sobre lo que se estaba cocinando.

Porque las plazas públicas se multiplicaban y multiplicaban en estas residencias mientras Juan Cotino era Conseller de Bienestar Social. De las poco más de 700 que tenían en 2006 llegaron a las 2.000 en sólo tres años. Traducido en euros, la sociedad pasó de facturar once millones a 40.

También el precio que las arcas públicas pagan por las plazas creció. De 43 a 58 euros el día. ¿Cuándo? Mientras él estaba al mando de La Consellería. La Conselleria ha convocado de manera urgente una reunión con la Asociación de Residencias de la Tercera Edad, donde tomará una decisión sobre las posibles acciones que podían llevar a cabo.