El 'pujolismo' del 3%
Un patriarca, dos gestores y otros cinco hermanos para un botín millonario: así cuenta el clan Pujol cómo se repartían el dinero
El contexto Este lunes ha arrancado el juicio contra la familia Pujol a la que la Fiscalía pide que devuelva hasta 45 millones de euros.

La estampa familiar de los Pujol-Ferrusola se ha convertido en la viva imagen, según palabras del juez, de una organización criminal que con el tiempo pasó a manos del hijo mayor, Jordi Pujol Ferrusola. Un entramado en el que todos participaron de una u otra forma y que llegó a manejar un patrimonio "desmedido", tal y como lo definió el mismo magistrado encargado. De hecho, lo relacionó "directamente (...) con percepciones económicas derivadas de actividades corruptas".
Jordi Pujol hijo era el denominado "capellán de la parroquia" en esta historia, es decir, la figura central encargada de recibir, ingresar y repartir el dinero entre los miembros de la familia. Unas conclusiones de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que él mismo reconoció en su declaración judicial: "De entrada no hacíamos nunca reuniones para decir: 'Voy a repartir', ni por teléfono tampoco. Yo les decía: 'Te voy a repartir X'".
Una ingente fortuna obtenida a través de trabajos sospechosos con comisiones fantasma que les permitió vivir a todo tren. Algo que justificaba en que "tenía muchos negocios que le funcionaban muy bien", según contó en el mes de julio de 2014 su exnovia Victoria Álvarez. Eso sí, lo que a él realmente le gustaban eran los coches de lujo. Tanto que se hizo con una colección valorada en más de un millón de euros que había "comprado a gente problemas".
Otro hombre importante en la trama fue Josep Pujol. Su papel también era gestionar ese dinero en Andorra e intentar ocultar su origen a toda costa. Pese a todo, él siempre ha defendido que el dinero venía de una herencia justificando la forma de actuar de su padre: "Si me preguntas: 'Vista la historia, ¿qué hubieras preferido? 23 años de un president 'first class' o el pequeño pecado de ocultar una herencia de abuelo'. Yo me quedo con la primera opción".
Al resto de los hermanos no se les considera gestores principales, pero sí beneficiarios de esa fortuna que cada uno utilizó para sus propios fines. De hecho, Oleguer Pujol estuvo investigado por haber blanqueado entre 2.000 y 3.000 millones de euros mediante operaciones inmobiliarias. En definitiva, un entramado al que ahora la Fiscalía le pide que devuelva hasta 45 millones de euros.
Ahora, los siete hijos de Jordi Pujol se enfrentan a penas que van desde los ocho hasta los 29 años de prisión, puesto que, en mayor o menor grado de participación, el juez considera que todos jugaron un papel fundamental en el entramado familiar. Para el mayor del clanla Fiscalía pide 29 años de cárcel, mientras que para Josep Pujol piden 14 años de prisión. Al primero lo consideran en cerebro, frente al segundo que sitúan como clave en la justificación del origen de los fondos.
Para los otros cinco hijos del matrimonio: Pere, Oleguer, Oriol, Mireia y Marta, la acusación pide ocho años de prisión por blanqueo de capitales y asociación ilícita. En definitiva, toda una familia acusada de 'Asociación ilícita'.
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