El Ayuntamiento de Palma de Mallorca ha dado marcha atrás y paralizado el cambio de nombre de varias calles que iban a ser modificados por su supuesta simbología franquista.

El alcalde de la ciudad, el socialista José Hila, ha pedido una reunión urgente con el Govern balear para revisar el censo de símbolos de la dictadura elaborado hace un año por una comisión de expertos, que planteó el cambio de nombre de una docena de vías.

Entre las afectadas se encontraban las de los almirantes Gravina, Churruca y Cervera, todos ellos anteriores al dictador Francisco Franco, o el de la calle Toledo, cuya placa se iba a retirar este mismo viernes y de momento se ha mantenido.

La decisión del Consistorio llega tras la polémica generada en torno, entre otras, al cambio de nombre de esta última calle, que, según los expertos, hace referencia a una batalla de la Guerra Civil, pero que ha provocado malestar en la ciudad castellano-manchega.

Asimismo, ha generado debate el caso de las calles Churruca y Gravina, que según la comisión se llamaban así por buques de la Guerra Civil. Sin embargo, desde la oposición y algunas entidades han señalado que sus nombres se pusieron por marineros fallecidos en la batalla de Trafalgar, mucho antes del franquismo, y que los buques que llevaban su nombre combatieron además en el bando republicano.

Ante las "dudas" suscitadas, el alcalde ha decidido paralizar la modificación de más calles. Hasta ahora se habían cambiado ya los nombres de la avenida Joan March y las calles Brunete, Alfambra y las de los citados almirantes, pero Hila ha indicado que, si se comprueba que los expertos se equivocaron, se volverán a instalar las placas retiradas.