En su comparecencia en la comisión del Parlament que investiga la fortuna oculta por su familia, Oleguer Pujol ha afirmado: "No tengo 3.000 millones de euros y todo lo que ha dicho la prensa es falso. Es absurdo". Además, ha añadido que nunca ha pedido la intervención de su padre en recalificaciones urbanísticas ni ha impulsado operaciones en Cataluña.
El hijo menor del expresidente de la Generalitat, imputado por la Audiencia Nacional por fraude fiscal y blanqueo de capitales, ha explicado que trabaja desde 2000 como "gestor inmobiliario" y que desde entonces ha dirigido operaciones con capital de accionistas extranjeros y de prestigiosas sociedades de inversión, en las que sus aportaciones oscilan entre el 0,5 y el 5% como máximo.
El imputado ha reconocido que las operaciones investigadas se basan en sociedades interpuestas y estructuras que pueden resultar complejas para los legos en asuntos financieros, pero ha recalcado que en ningún caso esa complejidad "está dificultando la trazabilidad" de los productos o permitiendo la evasión de impuestos por parte de los inversores últimos.
Oleguer Pujol fue detenido el pasado mes de octubre por la Policía Nacional en el marco de una investigación dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz -a raíz de una querella de la Fiscalía- para aclarar el origen de millones de euros invertidos en varias operaciones inmobiliarias, entre ellas la compra de 1.152 oficinas del Banco Santander.
Tras defender que la dinámica de las operaciones investigadas por la Audiencia Nacional es "la habitual, totalmente legal y transparente" y cuya "trazabilidad" está clara, Pujol ha arremetido contra la querella que le interpuso la Fiscalía, que en su opinión "no tiene ninguna consistencia".
Para Oleguer Pujol, la investigación de la Audiencia Nacional se basa en un informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal que plantea una "causa general" contra él, de lo que a su parecer se derivó "un registro innecesario y fuera de lugar" en su vivienda en Barcelona en octubre pasado.
El hijo menor de los Pujol ha hecho un extenso balance de su trayectoria profesional, en la que empezó como analista financiero y posteriormente impulsó, a partir del año 2000, la sociedad Drago, para gestionar proyectos inmobiliarios financiados por fondos internacionales, aprovechando que apenas había compañías en España que promovieran este tipo de operaciones.