Lujos, caprichos y gastos de lo más variado. "Los excesos los cometimos todos", se defendía Blesa. Excesos que les llevaron a gastar, por ejemplo, 1.000.000 de euros en diez coches de alta gama. 
Modelos lujosos de unos 100.000 euros cada uno que fueron adquiridos por algunos de los directivos. Un coste que, obviamente, cargaron a sus tarjetas.

La entidad de Miguel Blesa se encargaba de la compra de los coches. Una entidad que, según el diario 'Expansión', también compró relojes valorados en 12.000 euros cada uno a sus consejeros. Relojes que algunos quisieron canjear por dinero o por cheques regalo.

Cuando Blesa abandonó su cargo al frente de Caja Madrid, dejó bien atado su futuro. A pesar de la mala situación económica de la entidad, se asignó una indemnización de casi 3.000.000 de euros. Pero no fue el único. El director de riesgos también jugó sus cartas.

Tiraron de tarjeta también para comprar ropa, objetos de decoración, un viaje a Suiza para 100 personas, e incluso un concierto privado de Ainhora Arteta en la inauguración de una sucursal en Valladolid. Y, además, comidas supuestamente de negocios. Sólo Gerando Díaz Ferrán, ahora en prisión, cargó a su tarjeta 47.900 euros en restaurantes