Antes de comparecer en la comisión del Senado, el ministro ha reconocido que "no fue el mejor día ni un día en el que nos podamos sentir satisfechos de nada", si bien ha rechazado que los incidentes registrados en Barcelona puedan significar "una escalada" de la violencia.

"No es un día para felicitarse, hubo momentos de tensión improcedentes", ha añadido Marlaska antes de lanzar un llamamiento "como ministro y como ciudadano" a todos los representantes políticos y la sociedad en general "para relajar y dejar la tensión en otros ámbitos y nunca en el de la vida pública".

Ha defendido la búsqueda de "vías de cohesión" y también que el Gobierno central envió a los policías nacionales y guardias civiles "necesarios y precisos" para ayudar a los Mossos en caso de que fuera necesario.

En este sentido, ha dicho que los Mossos pudieron afrontar la situación "ellos solos" y que actuaron ante un escenario "difícil y complicado", con la proporcionalidad, la necesidad, la eficacia y la efectividad propia de una Policía de un Estado de derecho.