"Sí, sin
duda", ha contestado Valls, en una entrevista con las cadenas de
televisión francesas BFMTV y RMC, cuando le han preguntado si dejaría la
política en el caso de no obtener la Alcaldía de Barcelona.
Según ha explicado,
trasladarse en Barcelona es para él "una opción de vida", y por eso,
aunque no alcanzase su objetivo político, se quedaría a vivir en la ciudad. Por
otro lado, ha manifestado que no considera un fracaso marcharse de Francia para
continuar su carrera política en España, y ha recordado que, además de primer
ministro, ha sido ministro del Interior, alcalde de Evry y diputado.
"No puedo ver como
un fracaso una trayectoria como esta", ha dicho Valls, que ha indicado que
este martes renunciará a su acta en la Asamblea Nacional por el departamento de
Essonne. Además, ha defendido su decisión de hacer política en Barcelona,
señalando que es su ciudad natal, que tiene la doble nacionalidad, española y
francesa, y que esta última la adquirió a los 20 años.
En su opinión, tenía que
aprovechar la "oportunidad única" que surgió cuando le animaron a
concurrir a las elecciones municipales en la capital catalana. "No
traiciono a nadie", ha subrayado cuando le han preguntado por quienes le
votaron para ser diputado pro Essonne.
Valls, que fue nombrado
primer ministro en 2014 por el entonces presidente de Francia, el socialista
François Hollande, ha insistido en que es "un candidato
independiente" que se presenta a los comicios con una plataforma que reúne
a "personas procedentes de todos los sectores de la vida económica y
cultural" de Barcelona.
Tras destacar que el
director de su campaña electoral es un antiguo colaborador del socialista
Pasqual Maragall, expresidente de la Generalitat, ha añadido que además está
respaldado por Cs, "el primer partido de Catalunya", al que ha
descrito como "un partido muy progresista" en cuestiones como el
aborto, la gestación subrogada o el matrimonio homosexual y que "está en
contra del independentismo y de la corrupción".
"Las etiquetas de
izquierda y derecha en este gran espacio de centro son etiquetas que hoy en día
me parecen del mundo antiguo", ha afirmado, asegurando también que
"muchos de los líderes" de Cs en Barcelona "proceden del
socialismo".
El exjefe del Gobierno
francés ha explicado que en Barcelona se quiere ocupar de asuntos relativos al
alojamiento, la contaminación, la seguridad, la cultura, el transporte, la
economía o la imagen de la ciudad, pero también quiere librar una batalla
contra "el populismo y la demagogia".
Cree que esa batalla
existe también a nivel europeo y que Barcelona es "una de las ciudades que
mejor simboliza Europa", donde, a su juicio, hay que defender ese espacio
de "civilización, progreso, libertad, respeto, Estado de Derecho y
sociedad civil" que ahora mismo "está en peligro".