El viernes a las 9 de la mañana en el Juzgado 32 de Plaza de Castilla se empezará a recomponer todo el expediente de los discos duros de Bárcenas. Unos 1.000 folios que, sorprendentemente, se han perdido.

Lo raro no es sólo que se haya perdido la causa entera, sino que la Audiencia Provincial de Madrid ha tardado más de un año en reconocerlo. Y lo han hecho después de que los querellantes preguntasen una y otra vez en qué punto estaba su recurso.

La causa podría ser el colapso de los juzgados ordinarios o el traslado a la Audiencia Provincial. Se intenta ahora saber quién es el responsable de que un expediente incómodo para el Partido Popular se haya esfumado. Y de que no se haya sabido hasta muchos meses después.

Pero el caso de los discos duros es un misterio desde el principio, desde el momento en que Pablo Ruz se encuentra en la Audiencia Nacional con los ordenadores de Bárcenas sin un solo dato, hasta que, ya en la justicia ordinaria, se archive la causa en unos pocos días. Y sin practicar ni una diligencia por el borrado de los ordenadores con los que Luis Bárcenas trabajó durante años en Génova.