La ley del 'solo sí es sí', que fue concebida por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero con la intención de revolucionar la lucha contra la violencia sexual y aumentar la protección a las mujeres, cumple este sábado tres meses en los que no ha dejado de causar sobresaltos al Gobierno, cada vez más consciente del desgaste que el continuo goteo de rebajas de pena a violadores y pederastas le supone en un año que arranca con la campaña electoral de municipales y autonómicas y finalizará, previsiblemente, con la de las generales.

Según los datos recogidos por la redacción de laSexta a partir de la información oficial facilitada por el Tribunal Supremo y los Tribunales Superiores de Justicia de las 17 comunidades autónomas, el número de delincuentes sexuales favorecidos con la nueva legislación se eleva a 133, la gran mayoría violadores y pederastas y en menor proporción abusadores, de los cuales 17 fueron excarcelados de inmediato al haber excedido el tiempo que debían permanecer en prisión.

A pesar de que desde el equipo de Montero y la dirección de Podemos se vinculan las rebajas de pena con un reducto de la judicatura de marcado carácter conservador -el diputado en el Congreso Javier Sánchez Serna llegó a hablar de "fachas con toga que quieren reventar cualquier legislación feminista"-, las resoluciones a favor de los condenados han sido adoptadas por jueces y magistrados de todas las orientaciones ideológicas.

Los ejemplos sobran y el más evidente es el del primer pronunciamiento sobre esta cuestión que hizo el Supremo, que benefició a dos futbolistas de la Arandina a los que se les rebajó en un año de cárcel la penal que se les podía haber aplicado con el antiguo Código Penal. El fallo fue firmado por tres jueces conservadores -Julián Sánchez Melgar, Ángel Hurtado y Vicente Magro- y dos progresistas, Ana Ferrer y Susana Polo, las mismas magistradas que firmaron el voto particular en contra de la condena al expresidente de Andalucía José Antonio Griñán por el escándalo de los ERE.

¿Por qué algunas penas se rebajan?

La sentencia de la Arandina explicitó que "la acomodación de la pena al nuevo texto penal", tras la aprobación de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, es "obligatoria" por "aplicarse la retroactividad de la ley penal más favorable al reo en virtud de la ley posterior más beneficiosa", recogida en el artículo 2.2 del Código Penal. Traducción: al haberse rebajado las horquillas de penas en muchos supuestos, la ley castiga ahora con menos pena supuestos que antes se penalizaban con más dureza, por lo que deben ser aplicados siempre que beneficien a los condenados.

Ese es el caso más habitual de las rebajas registradas estos meses: sentencias en las que los tribunales especificaban que la pena que correspondía aplicar era la mínima de una horquilla que, con la nueva ley y por voluntad del legislador, se ha modificado a la baja. En esta línea se han pronunciado el Supremo; los Tribunales Superiores de Justicia de Madrid, Catalunya, Galicia, Baleares, Andalucía, Murcia, Castilla-La Mancha, Asturias, Castilla y León y La Rioja; y la Audiencias Provinciales de Madrid, Barcelona, Girona, Oviedo, Cantabria, Burgos, León, Segovia, Zamora, Valladolid, Alicante, Castellón, Badajoz, Cáceres, Las Palmas, Tenerife, A Coruña, Ourense, Pontevedra, Álava, Bizkaia, Córdoba, Cádiz y Navarra. De esta forma, 20 delincuentes sexuales se han beneficiado en Madrid, 17 en Galicia y 16 en Andalucía o la Comunidad Valenciana, respectivamente.

¿Por qué algunas penas se mantienen?

Durante estos meses también se han revisado casos de delincuentes sexuales en los que los tribunales han decidido mantener las penas, fundamentalmente porque con la nueva ley siguen siendo proporcionales al castigo original. Este concepto se entiende más fácilmente con una metáfora: asimilar las horquillas de penas de la vieja y de la nueva ley con dos edificios de dos plantas: la de arriba sería la mitad superior del tipo penal y la de abajo la mitad inferior. Si en el edificio nuevo y en el viejo, el condenado sigue en la misma planta, la pena sigue siendo proporcional.

Por ejemplo, el tipo penal básico de agresión sexual iba de seis a 12 años con el antiguo Código Penal y se ha fijado, con la ley del ‘solo sí es sí’, en una horquilla que va desde los cuatro hasta los 12 años. Con este criterio la Audiencia de Navarra mantuvo a principios de diciembre una condena de 7 años de cárcel a un violador, al considerar que, aunque estaba muy cerca de la pena mínima (fijada antes en 6 y ahora en 4 años), la pena continúa estando en la mitad inferior y, por tanto, sigue siendo proporcional y no debe ser rebajada.

El pasado 21 de noviembre, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, remitió una circular a las fiscalías de toda España en la que pidió que no se solicitaran rebajas "automáticas" de penas y apuntaba que, "como regla general, no procederá la revisión de las condenas firmes cuando la pena impuesta en la sentencia también sea susceptible de imponerse con arreglo al nuevo marco legal resultante de la reforma". Es decir, cuando la pena aplicada con el antiguo Código Penal quepa también en el nuevo.

Aunque no hay cifras exactas de cuántas penas se han mantenido en estos meses, la Audiencia Provincial de Logroño revisó y dejó intactas en noviembre 54 condenas a delincuentes sexuales. La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, tomó estos casos como bandera y tuiteó el 24 de noviembre una entrevista de Público al presidente del Tribunal Superior de Justicia riojano, Javier Marca, que llevaba por título: "Ha habido una interpretación errónea de la ley". "Seguro que esto que llevamos una semana diciendo, les suena mejor en la boca de otro magistrado", apostillaba Rosell.

Lo que también decía Marca en la entrevista es que en La Rioja no se había producido ningún caso de pena mínima de horquilla modificada a la baja y que, en ese caso, sí debería acordarse la rebaja. Ese primer caso se notificó el pasado 23 de diciembre. La Sala Civil y Penal del tribunal autonómico riojano rebajó de siete a cuatro años la pena para un hombre que violó a una compañera de trabajo tras concluir que se le tenía que haber impuesto la pena mínima de seis años que ahora se ha fijado en cuatro.

En otros casos se han mantenido las penas porque, con la nueva ley, los supuestos a tipificar se castigan con más pena. Es lo que ocurrió con una sentencia dictada este miércoles por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, que mantuvo una pena de ocho años de cárcel a un hombre que violó a su mujer al poder aplicarle un subtipo agravado de “relación de afectividad con la víctima” que habría aumentado su pena un año si la revisión en contra del reo no fuera inconstitucional.

¿Se retocará la ley?

En este punto, lo crucial es saber si el Ejecutivo modificará la ley del 'solo sí es sí' para evitar nuevas rebajas de penas, algo a lo que se opone de forma tajante la parte del Gobierno de Unidas Podemos. El único amago de retoque se produjo en diciembre pasado, cuando, a propuesta del Ministerio de Igualdad, se incluyó en la exposición de motivos de la reforma del Código Penal que elimina la sedición y abarata la malversación una enmienda que recomendaba a los jueces "aplicar las disposiciones transitorias primera, segunda y tercera" de esta ley, aprobada en 1995, para intentar convencerles de que no hay que revisar las penas a la baja.

"Lo que estamos haciendo es pegar un toque a los tribunales para decirles 'no me vayan por ahí'", resumió el portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López. Sin embargo, al encontrarse en la exposición de motivos de la ley, la mención no tiene ninguna fuerza ejecutiva, como reconoció el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que llegó a afirmar: "Cualquier jurista sabe que lo que no está en la parte normativa no es aplicable".

En los próximos meses el Gobierno tendrá que decidir si afronta el desgaste de las rebajas de penas a violadores o pederastas o se abre a retocar la ley, como insinuó la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, este miércoles en una entrevista en RNE. "Estamos pendientes de esa interpretación que están haciendo los jueces", apuntó.