La juez de los ERE Mercedes Alaya dice en su exposición razonada al Supremo que las ayudas investigadas se concentraron en una sola comarca de Sevilla, la Sierra Norte, creando un "agravio comparativo" respecto al resto de Andalucía pues en ocho años Almería recibió cuatro ayudas y Sevilla 184.

En dicho texto, Alaya cita un informe de la propia Junta sobre las ayudas concedidas en Andalucía entre 2001 y 2009, realizado después de la "importante revisión de los expedientes" en la época del exdirector general de Trabajo Francisco Javier Guerrero, ya imputado, que arrojó que Cádiz había recibido 15 ayudas en ese periodo, Córdoba 12, Jaén 13, Huelva 14 subvenciones, Granada 6, Málaga 11 y Sevilla 184.

De ellas, Alaya destaca que durante el periodo en el que José Antonio Viera estuvo al frente de la consejería de Empleo (2000-2004), el total de las ayudas directas a la Sierra Norte de Sevilla fue de 30.900.855 euros, "importante agravio comparativo si contemplamos que para el resto de Andalucía las ayudas en virtud del mismo programa sólo importaron 24.956.218 euros".

Viera -uno de los aforados que ha motivado la elevación del caso al Tribunal Supremo- fue, según Alaya, uno de los creadores de un sistema de concesión de subvenciones "huérfanas del procedimiento legal", que totalizaron 317 millones de euros, de los cuales 5,4 millones fueron para pagar 40 facturas a despachos de abogados y mediadoras.

Viera inauguró un largo período de 10 años en la Consejería de Empleo en el que las ayudas se caracterizaron por "una gran discrecionalidad" y su otorgamiento "de forma absolutamente libérrima", pues se dieron a empresas y personas cercanas a los sindicatos UGT y CCOO, a la Administración y al PSOE andaluz.

Con ellas, creó "una red clientelar de beneficiarios respecto a dicho partido político y sindicatos mediante la disposición de fondos públicos a favor de éstos por mera liberalidad", mantiene Alaya.

Olvidando "el principio de buena administración, de igualdad de oportunidades y la máxima de servir con objetividad al interés general", Viera permitió "la concentración de un elevadísimo número de ayudas" en la Sierra Norte, dado que frecuentaba aquella zona y tenía allí un importante círculo de relaciones, a lo que se unía el hecho de que Francisco Javier Guerrero era natural de un pueblo de la comarca, El Pedroso, y había sido su alcalde.