Pocas ganas tenía de hablar a su llegada a un acto en el Museo del Prado. A la pregunta de qué le parecía la grabación de sus conversaciones con los comisarios, el presidente de la Comunidad de Madrid decía: "Luego, luego". Cuando lo ha hecho, Ignacio González ha defendido que las "conversaciones" ratifican su versión.

Así es la secuencia de los hechos. En noviembre de 2011, el entonces vicepresidente se reúne en la cafetería La Mallorquina con dos comisarios. En el aire, una investigación abierta sobre el ático alquilado por González y señalado como parte de una comisión. El propietario, un testaferro profesional estadounidense.

"El americano es una sociedad pantalla que se ha montado, ¿para qué? Porque era muy descarado decir "toma el ático pa ti". Y entonces se monta la sociedad de Delaware y tal y cual", le cuenta Villarejo a Ignacio González.

Según se desprende de las grabaciones, el propósito de Ignacio González es claro, que este tema no se conozca. Se trata de una conversación relajada, llena de comentarios cómplices muy lejos de las acusaciones de "chantaje" y "extorsión" que hizo la semana pasada.

Al acabar, González se despide dando las gracias y los dos comisarios, ya solos, sacan sus primeras conclusiones: "Es alucinante... lo has notado, ¿no? Te has dado cuenta que está más pillado que la polla", reflexiona el comisario Villarejo.

¿Quién fue el misterioso confidente que alertó que el ático era de González? Según Interviú, Benjamín Martín Vasco, diputado del PP en la Asamblea de Madrid e imputado por la Gurtel. Él lo habría acusado de recibir  el ático de Fernando Martín como parte del pelotazo que el empresario dio en Arganda, de más de 150 millones de euros.