Jean-Marie Michel, vicealcalde de Le Vernet, es uno de los testigos del accidente de avión en Francia, cuenta cómo vieron una inmensa columna de humo asomarse por detrás de la montaña.
Él no lo dudó, cogió su 4x4 y subió con los gerdarmes a la montaña para poder guiarles. "El avión ya no se puede ver, los trozos más grandes sólo llegan al metro y están en un área de 500 metros", asegura.
Y lo hizo por el mismo motivo que el resto del pueblo, por solidaridad. Lionel Lacaze, teniente de alcalde de Le Vernet, cuenta que "la gente del pueblo y los pastores son personas que conocen bien los montes, han guiado y facilitado las tareas de los gendarmes expertos en la montaña".
Y el corazón les ha llevado también a abrir sus casas para las familias. Ahora trabajan lo más rápido posible para que no sólo presidentes, sino también familias, puedan estar tranquilas y lo más cerca posible del lugar del siniestro.
La obsesión en Le Vernet es demostrar que la solidaridad en la montaña es más que un impulso, es un mandamiento.