El Gobierno ha enviado una carta al Hermano Mayor de la Hermandad de La Macarena para que proceda, "a la mayor brevedad", a la exhumación y posterior traslado de los restos de los generales Gonzalo Queipo de Llano y de Francisco Bohórquez.

En la misiva, el secretario de Estado para la Memoria Democrática, Fernando Martínez López, hace esta petición al objeto de cumplir con la nueva Ley de Memoria Democrática que entró en vigor el pasado viernes. "Como muestra de respeto hacia las víctimas y sus familiares, y en cumplimiento de lo previsto en la nueva ley, es obligado poner fin a esta situación", expone el escrito, que recuerda que el artículo 38.3 establece que "los restos mortales de dirigentes del golpe militar de 1936 no podrán ser ni permanecer inhumados en un lugar preeminente de acceso público, distinto a un cementerio".

Los restos mortales de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, dirigente de la sublevación de 1936 y responsable de la represión en Andalucía en fechas posteriores, reposan desde el año 1951 bajo el camarín de la Virgen de la Basílica de la Esperanza Macarena en Sevilla. También se encuentran en el templo los restos mortales de Francisco Bohórquez Vecina, auditor de guerra y responsable de la ejecución de sentencias con aplicación de bando de guerra.

En la misiva, se recuerda que la nueva norma establece que "cuando los elementos contrarios a la memoria democrática estén ubicados en edificios de carácter privado o religioso, pero con proyección a un espacio o uso público, las personas o instituciones titulares o propietarias de los mismos deberán retirarlos o eliminarlos".

Por ello, reclama al Hermano de la Hermandad de la Macarena que ponga fin a esta situación "como muestra de respeto hacia las victimas y sus familiares" y facilite "al máximo" y "a la mayor brevedad posible" la realización de los trámites necesarios para la exhumación y traslado de los restos de Queipo de Llano y de Bohórquez Vecina.

Una ley de todos y para todos, que fomenta la cohesión y solidaridad de la ciudadanía y las distintas generaciones en torno a los principios, valores y libertades constitucionales. Una ley que defiende la democracia y los derechos fundamentales como paradigma común y horizonte imborrable de nuestra vida pública, convivencia y conciencia ciudadana", finaliza el escrito.