La vuelta a la normalidad, tal y como la esperamos, tendrá que esperar. Y es que si no queremos volver al confinamiento, tendremos que aprender a convivir con el virus y adaptar nuestros hábitos a la nueva realidad, tanto a nivel laboral como social.

"Tenemos que interiorizar que en los próximos ocho o nueve meses vamos a estar desconfinados, pero con mascarillas siempre", afirma Rafael Bengoa, asesor internacional de Políticas de Salud y director de SiHealth, quien, además adelanta que "va a poder haber cenas de cinco o cuatro personas, pero no va a haber bodas de 200 personas".

Distancias de un metro y mantener la higiene de manos

Por su parte, José Félix Hoyo, presidente de Médicos del Mundo indica que "cuando salgamos es muy importante que tengamos la capacidad de controlar la distancia de un metro, mantener la higiene respiratoria y lavarnos las manos después de tocar cualquier superficie".

Ni bodas, ni multitudes en discotecas

De momento, no se contemplan bodas, ni tampoco las multitudes en discotecas, aunque desde el sector nocturno ya estudian ejemplos como el de China. "A la hora del control de accesos, necesitamos una toma de temperatura y elaborar un registro de asistentes a las sesiones. En China ya hace tres semanas que se han abierto las discotecas", señala Vicente Pizcueta, portavoz de España de Noche.

Estas son decisiones que el Gobierno deberá de incluir en un plan de acción que contemple, además, los movimientos entre comunidades, desplazamientos en los que no todos los expertos coinciden.

Habrá que "guardar los abrazos" para cuando todo termine

Hay unanimidad, en cambio, en torno a los abrazos. Rafael Bengoa, asesor internacional de Políticas de Salud y director de SiHealth, afirma que "lo que se puede recomendar es que la gente vaya guardando esos abrazos para cuando ya pasemos todo esto". Este esfuerzo no solo dependerá de la actuación de los ciudadanos, sino también de una mejor respuesta del sistema de salud pública.