Un coaching, entrenamiento judicial, prepara al imputado para no salirse nunca de un guión sea cual sea la pregunta del juez, fiscal o de los abogados. Juan José de Lanuza, coordinador del curso internacional Coaching TISOC, asegura que “se analiza todo lo que es el léxico y el argumento”.
Incluso podrían haberla grabado en vídeo para repasar cada respuesta. La naturalidad jugará a su favor, dicen los expertos, que eso, la infanta ya lo trae de serie. Pero sus gestos deberán acompañar a sus palabras. “No se debe desviar la mirada no abusar de la sonrisa. Las palmas de las manos deben estar visibles para mostrar que no se esconde nada”, afirma Ángel Luis Sánchez, coach y director del Instituto de Desarrollo.
En los últimos días doña Cristina ha pasado horas en el despacho de sus abogados y en una habitación de hotel. Da igual, aseguran, el entorno donde se haga el entrenamiento. Pero sí importa dónde declare: en la misma sala en la que lo hizo su marido y con una imagen de su padre.La imagen perfecta para declarar que recomienda el coach sería un traje de chaqueta en colores neutros como blanco o tonos ocres.
Sobre el paseíllo, “que vaya en coche hasta la puerta y ese breve margen de entrada hacerlo de lo más natural. Es un ejercicio de democracia que es bueno para ella”, asegura José de Lanuza.