Aunque finalmente la Delegación ha decidido que sí entra dentro del derecho de manifestación y, por tanto, la institución tiene que regularla, como así ha ocurrido hasta ahora, señala en una entrevista que aunque una parte del Orgullo Gay tiene una connotación reivindicativa, "en el derecho de reunión no entra una manifestación con carrozas".

"Eso no es derecho de reunión, es otra cosa. Pero como tiene ese componente reivindicativo, es un acontecimiento a caballo entre ese derecho y algo más lúdico", ha dicho Cifuentes, que ha pedido un informe a la Abogacía del Estado sobre su competencia en este tipo de eventos.

A pesar de ello, la representante del Gobierno central en Madrid finalmente acordó, tras varias reuniones con los organizadores, que la marcha del Orgullo Gay discurriera por el Paseo del Prado, la segunda opción de los promotores del desfile, y no por la Gran Vía, la primera opción que dieron.

"Todo se hizo en base a un informe del Ayuntamiento de Madrid que alertaba de los problemas de seguridad que entraña Gran Vía porque va a reunir a más de un millón de personas. Supone que vayan a circular camiones y la Gran Vía es estrecha porque imposibilita que puedan entrar los equipos emergencia. ¿Quién asume el riesgo un trayecto con un informe negativo de Protección Civil del Ayuntamiento si allí ocurre cualquier cosa, como un incendio en una casa o un infarto y no puede entrar la ambulancia?", se ha preguntado.

Cristina Cifuentes reconoce que ha recibido cartas de asociaciones de empresarios de la noche madrileña y de los comerciantes del Gran Vía solicitando que reconsidera su decisión porque esta opción es "una fuente de ingresos" para los comerciantes y empresarios de esta zona. "Pero yo tengo que velar por la seguridad de todos", les respondió.

Cifuentes, preguntada por la permisividad entre dicha marcha gay con otras movilizaciones por el centro de Madrid, como la celebración del Real Madrid de la Copa de Europa, ha negado que exista una doble vara de medir, ya que "la Ley es igual para todos".

Además, Cifuentes señala que ambos eventos son muy distintos, ya que en las celebraciones deportivas se colocan vallas y los aficionados se colocan detrás, mientras que en el Orgullo Gay hay carrozas con la gente entre medias. "En todos los orgullos tenemos la dificultad que tienen las carrozas para ir avanzando y el riesgo objetivo para las personas que van transitando al lado de las carrozas", ha concluido.