Fernando Belhot, asesor financiero en Uruguay del expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana, declaró como testigo a través de videoconferencia desde su país, dentro de la investigación por el caso Erial, y admitió haber administrado unos ocho millones ingresados en distintas etapas y haber entregado al exjefe del Consell unos 2,3 millones a largo de los siete años de "colaboración" mantenida con él, la mayoría de ellos entre 2016 y 2017.

Así consta en el sumario del caso Erial, que incluye un escrito de Anticorrupción sobre esta declaración en la que se indica que Belhot mostró su interés en colaborar.

Además, firmó un documento en el que manifestó que gestionó como abogado parte del patrimonio de Zaplana en el extranjero a través de los investigados Joaquín Miguel Barceló (considerado su presunto testaferro) y Francisco Grau (asesor).

El fiduciario se mostró dispuesto a poner a disposición de las autoridades españolas 6,7 millones ocultos en el extranjero y señalar los 3,3 millones distribuidos en diferentes propiedades.

En su declaración, Belhot explicó que conoció a Zaplana en 2009 y que le pareció una persona interesante con "contactos a nivel internacional" y que le habló tanto de Barceló como de Grau.

Comentaron que este último había montado una estructura societaria en España y Luxemburgo llamada Imison Internacional, de la que hubo posteriormente un traspaso a dos sociedades uruguayas, Disfey y Misfey.

Belhot dijo que llegó a darse cuenta con el tiempo de que Zaplana era la figura "protagónica".