Arias Cañete apostó personalmente por colocar y mantener al frente de Acuamed al actualmente investigado Arcadio Mateo. Al menos, es lo que le ha contado al juez Federico Ramos, el que fuera número tres de presidencia. Según fuentes de su entorno, tanto él como Liliana Ardiles, directora general del agua, se opusieron a la gestión de Mateo e intentaron, sin éxito, que Cañete lo destituyera.

Ramos habla de un caso concreto, el de la inundación de una desaladora, ubicada en Bajo Almanzora. Tanto él como Ardiles remitieron a Cañete un informe rechazando compensar económicamente a la constructora de la obra, FCC. Pero, según el testimonio, Cañete pidió otro informe a la abogacía del Estado en el que se resolvió pagar 40 millones de euros a FCC.

Motivo por el que algunos piden su dimisión. "Nunca debió ser comisario, pero ahora Cañete debería dimitir o ser cesado", ha dicho Rafael Mayoral, miembro de Podemos. Mientras el comisario sigue al frente de sus obligaciones, la oficina europea de la lucha antifraude examina el caso Acuamed, para abrir una investigación formal.

Algo que ya piden desde Izquierda Unida: "No sería poco saludable que se investigara en paralelo en las instituciones españolas", afirma Sol Sánchez, miembro de Izquierda Unida-UP. Además, se unen a la petición de cese de Miguel Arias Cañete.