Puigdemont ha salido a la calle dispuesto a darse un baño de masas. Acompañado de su mujer ha recorrido a pie el casco antiguo de Girona. Casi 20 minutos de paseo al que se han unido transeúntes espontáneos.

Otros le esperaban ya a la salida de un bar, cuando laSexta informaba en exclusiva de que el hasta ahora president estaba en la ciudad.

Eran muchos los que se acercaban para motrarle su apoyo, para abrazarle e incluso para pedirle una foto.

La primera parada ha sido en un mirador: aquí ha saludado a la gente asomada a los balcones, ha posado y sonreído. Algunos, le han dado las gracias.

La segunda parada: la plaza de la Independencia de Girona. Puigdemont, de nuevo aclamado por los transeúntes recorría el último trayecto, camino al coche. Entre el silencio ante las preguntas de los periodistas, hay quien ha vuelto a darle las gracias.