Junio de 1977. El ministro de Economía se sincera ante los españoles. "Y saben por tanto que las cosas económicas no van como todos desearíamos". Con la inflación disparada, el paro por las nubes y un altísimo nivel de endeudamiento, Suárez tiene que actuar rápido.
"La situación era muy difícil porque el choque petrolero de 1973 y 1974 fue contundente", afirma Ramón Tamames, catedrático y negociador en los Pactos de Moncloa.
Por eso pocos meses después de ganar las elecciones convoca a partidos de todos los colores y sindicatos en la Moncloa. Con un objetivo: modernizar la maltrecha economía española. "Yo simplemente presidí un grupo que redactó un documento", afirmaba el economista Manuel Lagares.
Él estuvo allí. Y sabe de la complejidad que implicaba la tarea. "Ver como se movía Adolfo Suárez en una mesa de negociación compleja era realmente extraordinario, era un espectáculo", recuerda Lagares.
Ese "espectáculo" trajo subidas salariales, la devaluación de la peseta o una importante reforma fiscal. "El profesor Fuentes Quintana, que fue el padre de los Pactos de la Moncloa, calificó la reforma como inevitable, gradual y de un reparto justo", explica Manuel Pazos, profesor de Análisis Económico en la Universidad de Sevilla.
Acuerdos alcanzados en tiempo récord. Y muchos tienen claro por qué. "Yo creo que el mérito es de Suárez, sin quitarle un ápice a Enrique Fuentes Quintana", opina Tamames.
Unos pactos que marcaron la historia económica de España.