Balsas de agua para anfibios, nidos para pájaros y murciélagos, colmenas de abejas polinizadoras y hasta refugio para insectos.

En la huerta ecológica de Vicente la naturaleza hace su trabajo, y produce naranjas, caquis y melocotones nacidos de la tierra fertilizada solo con materia orgánica.

"No tiramos contaminantes ni en los árboles, ni en los setos, ni en la fruta, ni en ninguna parte", explica Vicente Borrás, agricultor ecológico.

Este pionero de la agricultura ecológica es hoy uno más. España es ya el país de Europa que más hectáreas dedica a su producción y eso implica productos más sanos, pero también menos contaminantes.

"La producción ecológica es capaz de reducir en un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero", destaca Concha Fabeiro, presidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica.

En algunos casos, como la cebada ecológica, las emisiones se reducen casi a un tercio. En la avena, a sólo una décima parte. Pero el 80% de lo que producimos se exporta al extranjero. España es sólo el séptimo país europeo en consumo sostenible.

"Las políticas públicas deben ir encaminadas al consumo de producción energética", sostiene Álvaro Barrera, presidente de la asociación Ecovalia.

Vicente, desde los frutales valencianos que vio nacer, concreta la receta. "Que paguen los que contaminan y subvencionen a los que no contaminan", apunta.

De momento, La Unión Europea anuncia que en 2020 prohibirá el Clorpirifós, el pesticida más usado en España en la agricultura tradicional