"¿Cómo que no hay agua? ¡Si hay más inundaciones!", a menudo nos enfrentamos a este tipo de expresiones cargadas de ignorancia.

Sí, llueve. Este año, por ejemplo, Murcia ha batido dos récords históricos de precipitaciones torrenciales. El problema es que cae de forma más irregular y eso es poco efectivo.

El mapa de las zonas de España en estado de sequía prolongada muestra que el problema crece sin parar porque hemos perdido una cuarta parte del agua dulce disponible en el planeta en menos de 25 años.

La consecuencia se ve en otro mapa, el que muestra las zonas en proceso de desertificación hasta 1990. La alerta estaba situada en el sureste y valle del Ebro, pero 20 años después el desierto avanza en Alicante, Murcia y Almería. Y el área en peligro aumenta en Castilla-La Mancha y el valle del Ebro.

Esta escasez trae también guerra. Solo en los dos últimos años, la lucha por el agua ha provocado muertos en Nigeria, Iraq, Tanzania, Guatemala, Yemen, Mali, Chad, India, México, Kenia, Sudán y Palestina. El 27% de la población mundial ya vive con alta escasez de agua.