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El Zarnitsa, un 'juego' para niños con el que Rusia trata de adoctrinar a jóvenes de otros países
Los detalles Se trata de un juego de origen soviético que esta vez se ha celebrado en Tenerife, organizado por una asociación de compatriotas rusos que lo definían como una actividad deportiva y, sobre todo, patriótica.

Resumen IA supervisado
El adoctrinamiento ruso ha llegado a España, utilizando un juego llamado Zarnitsa para influir en niños. Este juego, de origen soviético, se celebró en Tenerife el 10 de mayo, organizado por una asociación de rusos. Aunque en España la legislación prohíbe el uso de armas por menores y se ha modificado para poder hacerlo, el juego incluye uniformes militares y banderas rusas, relacionándose con la Gran Guerra Patria. Esta actividad busca inculcar el ideario ruso en los jóvenes, sustituyendo material escolar por ejercicios militares y visiones sesgadas de conflictos como el de Ucrania. Además, se utilizan dibujos animados con mensajes antiucranianos para influir en los más pequeños.
* Resumen supervisado por periodistas.
El adoctrinamiento ruso también se expande más allá de sus fronteras, en este caso en nuestro país. Y lo hacen atravesando la barrera de la infancia y aprovechándose de la vulnerabilidad de los más inocentes con un 'juego' conocido como el Zarnitsa, celebrado en la naturaleza.
Es un juego de origen soviético que el diario El Mundo ha destapado que se ha celebró en Tenerife el pasado 10 de mayo, organizado por una asociación de compatriotas rusos que lo definía en su artículo web, ahora no disponible, como una actividad deportiva y, sobre todo, patriótica, aunque un poco más laxa.
La legislación de España ante la relación de menores y guerra no les permite que los menores puedan utilizar armas durante el juego, como sí hacen en otros países. En cambio, utilizan uniformes militares, banderas rusas y relaciones de nombres en este juego con la Gran Guerra Patria, la batalla de la Unión Soviética contra la Alemania nazi.
Una forma de adoctrinamiento, de ir cercando el libre pensamiento de los más jóvenes, en la que Vladimir Putin es experto y así conseguir afiliarles, poco a poco, al ideario de su madre patria.
Así, les hacen intercambiar el material escolar por armas, hacerles ejercicios militares y transmitirles visiones de conflictos, como el de Ucrania, de dudable veracidad. Hasta dibujos animados propios con mensajes antiucranianos atravesando la barrera de la infancia y aprovechándose de la vulnerabilidad de los más inocentes