Michael Flynn, el hombre de confianza de Trump que tuvo que dimitir por ocultar sus contactos con los rusos, podría estar a punto de tirar de la manta. Flynn está dispuesto a testificar a cambio de inmunidad.

¿Y para qué quiere la inmunidad? Él mismo nos da la respuesta si acudimos a la hemeroteca, y ya en septiembre de 2016 hablaba en la NBC sobre los mails de Hillary Clinton: "Si piden impunidad es que probablemente han cometido algún crimen".

Y ahí está el quid de la cuestión, porque si Flynn pide inmunidad es que no está seguro de no haber cometido un delito. Su abogado ha emitido un comunicado, confirmando que el exgeneral "tiene una historia que contar", mientras que Trump afirmaba por Twitter que Flynn necesita la inmunidad porque la investigación parlamentaria es en realidad una caza de brujas.

El que sería el cerebro de la injerencia rusa en las elecciones, Putin, tiene los labios sellados, pero el FBI no tiene dudas de que existieron. Desde el congreso estadounidense cifran en 1.000 los hackers contratados por Rusia para difundir bulos sobre Clinton en la campaña, pero lo que no se sabe aún es si esa injerencia era en connivencia con Trump y su campaña. Puede que Michael Flynn nos saque pronto de dudas.